tag:blogger.com,1999:blog-80326300378156645752024-02-07T05:05:23.697+01:00VoluntasJuan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.comBlogger54125tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-33299947429739950532017-05-20T12:20:00.000+02:002017-05-20T12:20:28.542+02:00De buenas intenciones...<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">... está el infierno lleno.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuHzBP0E1nos0ZK1yOQb45kPpGZXZoRrA2EPbhU5mkaWrqhD_-qhyAZhnjYbfe31VsWjK-1fYEfOv6XLrrLouJ1jVYp3747IEm-ForDH84dAwmjarUUaM92SbKlfTUzJZ0NAT0HOhsROn1/s1600/cb05cca236fb48c65cc9560465bb1982.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuHzBP0E1nos0ZK1yOQb45kPpGZXZoRrA2EPbhU5mkaWrqhD_-qhyAZhnjYbfe31VsWjK-1fYEfOv6XLrrLouJ1jVYp3747IEm-ForDH84dAwmjarUUaM92SbKlfTUzJZ0NAT0HOhsROn1/s400/cb05cca236fb48c65cc9560465bb1982.jpg" width="400" /></span></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Acabo de charlar con un muy buen amigo pinolero (a quien, por cierto, le encanta leer y comentar lo leído) y me he acordado, de nuevo, de que tengo un blog. Ha pasado a ser un blog de memoria (la buena, y la mía), pero hay que rescatarlo y darle nueva vida. Así que, ahora que empieza a amainar el ritmo de trabajo, me pondré a trabajar en él (ahora, amable lector, lea de nuevo el título de esta entrada...).</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Echando la vista atrás, veo que no puse los enlaces a mis colaboraciones en un proyecto (ya realidad estable) estupendo dedicado a la información y opinión sobre Oriente Medio (<a href="http://elmed.io/" target="_blank">Revista El Medio</a>). Así que, ahí os van todos juntos: <a href="http://elmed.io/author/juan-antonio-cabrera-montero/" target="_blank">La Librería</a>.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Esta vez no hago sino sacar del pozo que ya estaba excavado, pero seré fiel a mis buenas intenciones. Prometido (toca otra vez leer el título de la entrada).</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Seguiremos informando.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Ah, y gracias por seguir estando ahí.</span></div>
Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-38246571403890205972014-10-12T23:54:00.000+02:002017-05-20T11:54:04.376+02:00A propósito de un libro<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><a href="http://www.edicionescristiandad.es/" target="_blank">Ediciones Cristiandad</a> acaba de publicar “<a href="http://www.edicionescristiandad.es/permanecer-verdad-cristo-matrimonio-comunin-iglesia-catlica-p-310.html?osCsid=4bb28eddf7dbeb1bbf10853637efadea" target="_blank">Permanecer en la verdad de Cristo. Matrimonio y comunión en la Iglesia Católica</a>” editado por el agustino Robert Dodaro. Se trata de la edición española de un libro que ha sido publicado simultáneamente en otras cuatro lenguas: inglés, italiano, francés y alemán. El volumen reúne artículos de cinco cardenales (Brandmüller, Burke, Caffarra, De Paolis y Müller) y cuatro autores de reconocido prestigio en cada una de sus áreas de estudio (Dodaro, Mankowski, Rist y Vasil’).</span></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvzlBWso2TOmsI7_N03SDxmmhcADZ748ok41_dfbcMvEKzHZQEWW_OfXm1sYwO_UzCDRtGaoba874b7GueEj61GWY7XpN8F_sq8VRC6zT1ahY2H5AJIcC5sa00I5BZ3zdYrNP6_Df2A1vB/s1600/permanecer.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvzlBWso2TOmsI7_N03SDxmmhcADZ748ok41_dfbcMvEKzHZQEWW_OfXm1sYwO_UzCDRtGaoba874b7GueEj61GWY7XpN8F_sq8VRC6zT1ahY2H5AJIcC5sa00I5BZ3zdYrNP6_Df2A1vB/s1600/permanecer.jpg" width="193" /></a><span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">El proyecto, nos dice su editor, nació a raíz de la invitación de otro cardenal, Walter Kasper, a proseguir el debate sobre la cuestión del acceso a los sacramentos de la Eucaristía y de la Penitencia por parte de los divorciados vueltos a casar. Kasper fue el encargado de dirigirse a los cardenales en el último consistorio extraordinario celebrado en febrero de 2014, fue allí donde lanzó una serie de ideas y de propuestas para el Sínodo, entre las que se encontraba la de los divorciados vueltos a casar. Recogió posteriormente sus ideas en el libro “<a href="http://www.salterrae.es/catalogo/product_info.php?products_id=2055" target="_blank">El evangelio de la familia</a>” donde expresaba el deseo de que sus propuestas ofrecieran “una base teológica para el subsiguiente debate entre los cardenales” (p. 9).<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Kasper quería debate y lo ha tenido, aunque no del tipo que a él le habría gustado. Generalmente los que van de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">progresistas</i> ofrecen un producto que no están en condiciones de vender, porque no existe, pero persisten en erigirse como sus primeros distribuidores, llevando la situación a extremos bastante desagradables por las ambigüedades que presentan y la imagen de división que ofrecen a la opinión pública dentro y fuera de la Iglesia. En el caso de Kasper, además, con el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">nihil obstat</i> del papa Francisco, aunque no sabemos si sobre todo lo dicho por el prelado alemán o sólo sobre algunas cosas, que definió el discurso del cardenal como “<a href="http://w2.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2014/february/documents/papa-francesco_20140221_concistoro-ora-terza.html" target="_blank">teología hecha de rodillas</a>”. La cosa, decía, es que a Kasper <a href="http://vaticaninsider.lastampa.it/es/reportajes-y-entrevistas/dettagliospain/articolo/sinodo-synod-sinodo-36384/" target="_blank">no le ha gustado</a> la publicación de las respuestas de estos nueve autores. Primero pide debate, luego protesta porque alguien le dice que lo más probable es que su posición sea insostenible. Lo dice, además, antes de leer el volumen, que salió publicado días después de la polémica, aireada convenientemente por todos los medios de comunicación –casi todos ellos, milagrosamente, han pasado en pocos meses a ser competencia directa de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">L’Osservatore Romano</i>, interpretan benévolamente, no sin tergiversar en ocasiones, y defienden cada palabra del actual Pontífice; criticar a Benedicto XVI era deporte nacional y se aplaudía como algo legítimo, insinuar que quizás Francisco no acierte en todo es considerado por la opinión pública, católica o no, delito de lesa majestad–. Le molestó el título “Permanecer en la verdad de Cristo”, le pareció arrogante, probablemente porque ignoraba que estas palabras no son fruto de la elaboración de los autores del volumen sino de san Juan Pablo II en su <a href="http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_19811122_familiaris-consortio_sp.html" target="_blank">Exhortación Apostólica Familiaris consortio</a> (n. 5).<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Sea como fuera, dejando a un lado polémicas que duran poco, aunque envenenan el debate, quisiera detenerme en lo importante, esto es, en qué puede y no puede hacer el Magisterio de la Iglesia en lo referente a los divorciados vueltos a casar. Kasper propone “un cambio en la doctrina y disciplina sacramental de la Iglesia, el cual posibilitara, en casos limitados, que católicos divorciados y vueltos a casar civilmente fueran admitidos a la comunión eucarística tras un periodo de penitencia”, para ello apela “a la practica cristiana primitiva, así como a la asentada tradición ortodoxa oriental de emplear misericordia para con los divorciados bajo una fórmula según la cual los segundos matrimonios son “tolerados”: una práctica a la que los ortodoxos denominan generalmente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">oikonomia</i>”. (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dodaro</i>, p. 11).<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">El libro que presento responde a esta propuesta de Kasper. Lo hace con argumentos teológicos, históricos y jurídicos, no con polémicas estériles ni con insinuaciones jocosas que tanto gustan a Kasper (cf. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Evangelio de la familia</i>, pp. 62-63). Dodaro, en su introducción recoge los resultados de la investigación: “Los ensayos aquí publicados rebaten su propósito específico [el de Kasper] de emplear una forma católica de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">oikonomia</i> para algunos casos de divorciados vueltos a casar civilmente, por la razón de que ello no puede conciliarse con la doctrina católica de la indisolubilidad del matrimonio, y de que, por tanto, refuerza concepciones erróneas tanto de la fidelidad como de la misericordia” (p. 12). No hay bases escriturísticas ni patrísticas para “tolerar” los matrimonios civiles posteriores a un divorcio, tampoco históricos y menos aún teológicos. Los estudios incluidos en el libro concluyen que “que la tradicional fidelidad de la Iglesia a la verdad del matrimonio constituye el fundamento irrevocable de su respuesta misericordiosa y caritativa al individuo divorciado y vuelto a casar civilmente” (p. 13) con lo que explícitamente también cuestionan esa premisa “progresista” de que la doctrina católica tradicional y la práctica pastoral contemporánea se contradicen.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">La lectura del libro es muy recomendable, se trata de un repaso de la doctrina católica sobre el Matrimonio, la Eucaristía y la Penitencia. Esta enseñanza de la Iglesia podrá gustar o no, pero es la que es. Jugamos, por tanto, con las cartas que se nos han repartido. A partir de este momento, surgen, al menos, dos soluciones:<o:p></o:p></span></span></div>
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<ul style="text-align: start;">
<li><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; text-indent: -18pt;">Replantear la teología sacramental católica, es decir, convocar una especie de Concilio de Trento segunda edición, corregida y (probablemente) disminuida, adoptando algunos de los postulados de la llamada Reforma. Dejando dos sacramentos, Bautismo y Eucaristía, desaparece el problema.</span></li>
</ul>
<ul style="text-align: start;">
<li><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; text-indent: -18pt;">Reformar el proceso canónico de la declaración de nulidad (o abandonarlo completamente). Así, lo que la Teología no permite, lo </span><i style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-indent: -18pt;">tolera</i><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; text-indent: -18pt;"> el Derecho.</span></li>
</ul>
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<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Comprenderá quien me esté leyendo que ambas soluciones no son viables. La Iglesia no puede traicionar su doctrina, no es suya, es también y sobre todo, voluntad divina. La Iglesia, en estos veinte siglos de historia, no ha inventado sino interpretado y actualizado la voluntad de Dios. Habrá habido excesos y equivocaciones, que se han ido reformando y seguirán reformándose, pero siempre en fidelidad al plan salvífico de Dios. La Iglesia, como Pueblo de Dios o Cuerpo Místico (así contento a todas las <i style="mso-bidi-font-style: normal;">facciones</i>), no puede cambiar lo que Dios ha establecido de tal o cual modo. No lo puede cambiar la Iglesia, ni un Concilio, ni un Sínodo, ni un Papa. Por tanto, la solución ya la sabíamos desde antes de que Kasper hablara: fidelidad a la doctrina.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Esto, lo sé, suena a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">reaccionario</i>. No suena a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">misericordioso</i>. Es teología de escribanía, no de reclinatorio. Pero es lo que hay. Los divorciados vueltos a casar no pueden acceder al sacramento de la Penitencia, que exige, entre otras cosas, arrepentimiento, dolor del pecado cometido y voluntad de no cometerlo más; quien ha contraído matrimonio civil tras un divorcio, algo que atenta contra el principio de indisolubilidad del matrimonio explícitamente promulgado por Cristo, ¿está dispuesto a romper esa unión civil tras la confesión de este pecado? No, ¿verdad?, pues entonces es inútil que pretenda acceder a un sacramento cuyo fruto rechaza desde el primer momento. No puede tampoco acceder plenamente al sacramento de la Eucaristía, para comulgar se exige un estado de gracia que no posee quien vive en situación de pecado grave.<o:p></o:p></span></span></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhux2wSNLPzxc9m0XTOgvL1mnWY6k4tRHI5HVJDFgyb9h1Lh4njHtO9skkFeWVKR6BUJBX57xzT-H3TnEsGJ3-rS5bnjT1yYx8iEXp3pDLSdvoyYSiG9gR61ZBOnfQ85FQU8g7JnP84yr27/s1600/sinodo-familia-300x317.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhux2wSNLPzxc9m0XTOgvL1mnWY6k4tRHI5HVJDFgyb9h1Lh4njHtO9skkFeWVKR6BUJBX57xzT-H3TnEsGJ3-rS5bnjT1yYx8iEXp3pDLSdvoyYSiG9gR61ZBOnfQ85FQU8g7JnP84yr27/s1600/sinodo-familia-300x317.jpg" /></a></div>
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<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;"><b>No se recurra pues a soluciones <i style="mso-bidi-font-style: normal;">misericordiosas</i> a costa de arruinar la doctrina</b>. La auténtica misericordia rechaza el error. Estas personas, mejor, algunas de estas personas seguramente sufran por ser la parte inocente del conflicto. Nadie lo niega, antes bien, han de ser tratadas con el respeto y la atención que merecen, como se ha venido haciendo hasta ahora y como han recordado que ha de hacerse los últimos Pontífices, también Benedicto XVI. Los sacramentos conceden acceso a la gracia de Dios que ayuda al cristiano en su camino, pero ni son el único modo de acceder a la gracia santificante de Cristo ni son en algún modo “derechos”. No todos los sacramentos son accesibles a todos los cristianos. ¿Queremos hablar de la ordenación sacerdotal de las mujeres? En este caso, resumiendo porque no es el tema de esta reflexión, el Magisterio nos dice que no es posible por dos motivos: uno teológico, el sacerdote actúa <i style="mso-bidi-font-style: normal;">in persona Christi</i>; otro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">bíblico</i> (sí, en cursiva): Cristo eligió sólo hombres para el ministerio apostólico –curioso que en este caso Cristo no pronunciara palabra sobre el tema y la tradición católica haya hecho de una inferencia una regla absoluta, algo que no sucede con la indisolubilidad del matrimonio, que Cristo explícitamente afirmó en más de una ocasión y que puede ser después, como vemos, cuestionada, abierta o crípticamente. La doctrina sobre la imposibilidad del sacerdocio femenino está cerrada, lo ha recordado también Francisco, ¿por qué pretender abrir la polémica sobre el acceso a otros sacramentos? La misericordia y la fidelidad, que no están en contradicción, han de aplicarse siempre, no sólo cuando parece oportuno.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif;">Concluyo esta reflexión personal que no tiene más pretensión que incitar a la lectura de los textos que he presentado. Hará bien a todos, ayudará a formar una idea sobre el tema, sacará de dudas a quienes se preguntan o inquietan por el tema. <b>Doctrina y pastoral, unidas, para que la primera no sea estéril y la segunda no carezca de cimientos.</b></span></span></div>
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Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-42225744190269827122013-04-25T13:00:00.000+02:002013-04-25T13:00:07.385+02:00Arqueología en Israel<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"><i>Hace tiempo que no pasaba por el blog, lo he tenido bastante abandonado. Retomo hoy, porque es fiesta en Italia y no trabajo, mi sana cómoda costumbre de ir haciéndolo crecer con mis colaboraciones en distintas publicaciones.</i></span></span><br />
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<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"><i>Ahora toca a un nuevo periódico: <a href="http://elmed.io/" target="_blank">El Medio</a>. Un buen proyecto dedicado a la información sobre la actualidad, la historia y la cultura de Oriente Medio. Añadidlo a vuestros favoritos.</i></span></span><br />
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<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;">________________________ </span></span></span></span></span></span></span></span></span></span> </span></span></span><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_f93MhqS4bFjTg-VgaJQQulYBMkOnmraQc5BDxJMyahEwTinzUeS8g51eh3IsNdWMomGcemil9WHgFhgwnfxaf9pG9KFoMy7sAnpM9eO73zoJmhyphenhyphen027Y3952FiOXYWVvalKb5OGHqj9a8/s1600/jerusalen-excavacion-940x473.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="161" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_f93MhqS4bFjTg-VgaJQQulYBMkOnmraQc5BDxJMyahEwTinzUeS8g51eh3IsNdWMomGcemil9WHgFhgwnfxaf9pG9KFoMy7sAnpM9eO73zoJmhyphenhyphen027Y3952FiOXYWVvalKb5OGHqj9a8/s320/jerusalen-excavacion-940x473.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">No cabe duda de que el mejor modo de conocer un país es a través de sus gentes, su historia y su cultura. El turismo ayuda poco, debido a los estereotipos que intentan explotar las agencias. Hasta mediados de los años noventa, había tenido, como cualquier persona de raíces judeocristianas, la oportunidad de conocer Israel a través de su historia, su religión, sus tradiciones. Entonces se me ofreció la posibilidad de conocerlo desde dentro, literalmente.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La Universidad Complutense de Madrid había firmado un acuerdo de colaboración con la Universidad Hebrea de Jerusalén para continuar las excavaciones de <a href="http://unixware.mscc.huji.ac.il/~hatsor/hazor.html" target="_blank">Hazor</a> (Tel el Quedah), que habían sido iniciadas por <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Yigael_Yadin" target="_blank">Yigael Yadin</a> a mediados de los años cincuenta. En verano, durante seis semanas, un grupo de estudiantes, principalmente del departamento de Filología Hebrea, dirigidos por María Teresa Rubiato, se unía a la campaña arqueológica. El ambiente era muy heterogéneo, en cuanto a origen, preparación e intereses de los participantes, pero la convivencia siempre fue buena y enriquecedora.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La arqueología, conviene recordarlo, no consiste en montarse a caballo, ponerse un sombrero y adentrarse en no sé qué cuevas; tampoco se trata de horadar la tierra para ver si por casualidad encontramos piezas que puedan decorar algún museo. Es una ciencia y, como tal, debe ser planificada y ejecutada de manera seria, pausada y crítica. Israel, que está a la vanguardia en numerosos campos técnicos y científicos, es una verdadera potencia arqueológica. En un territorio relativamente pequeño, 22.145 km2, hay actualmente más de <a href="http://www.mfa.gov.il/MFA/History/Early+History+-+Archaeology/Cumulative+table+of+contents+-+Archeological+Sites.htm" target="_blank">70 yacimientos arqueológicos</a>. En gran parte de ellos se sigue excavando, y los interesados pueden participar en las <a href="http://www.mfa.gov.il/MFA/History/Early+History+-+Archaeology/Archaeological_Excavations_Israel_2013.htm" target="_blank">campañas</a> que se efectúan cada año, generalmente en verano. Se trata de una oportunidad única para conocer el pasado y el presente de Israel. Su historia y las modernas técnicas de interpretación de los datos arqueológicos. La fatiga cotidiana de trabajar muchas horas bajo el sol se combina con la satisfacción del contacto directo con restos materiales de las culturas –según lugares– cananea, israelita, helenista, romana, islámica y cruzada.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La tierra donde todo comenzó no deja de sorprender y enseñar. De ahí la importancia que en las últimas décadas se ha otorgado a la arqueología en Israel.</span><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlUvkJTuKwzVpWvnyfnlwP08sgbHC7ng3dA3Oe-iNy4jb_ghGGHgsyFPvYp6ZA-YYSAdAWvpRrY_lnBfoDYUNIKInwyclpjA-pieOcTgQjrpsuG0UWh1oOppxydyWvOPCaOuqxT59Wmymy/s1600/aream.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlUvkJTuKwzVpWvnyfnlwP08sgbHC7ng3dA3Oe-iNy4jb_ghGGHgsyFPvYp6ZA-YYSAdAWvpRrY_lnBfoDYUNIKInwyclpjA-pieOcTgQjrpsuG0UWh1oOppxydyWvOPCaOuqxT59Wmymy/s1600/aream.jpg" title="Hazor, área M, 1995" /></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">A nadie se le escapan los interesantes hallazgos que ofrecen cada año las excavaciones, pero junto a ellos surgen interpretaciones, no siempre científicas, que sirven la polémica en bandeja. La arqueología ha sido utilizada, no siempre convenientemente, con otras finalidades. De este modo, algunos datos han sido interpretados, con demasiada frecuencia, de manera tendenciosa por quienes pretendían dar una veracidad histórica, de la que carece en términos estrictos, a la Escritura –recuérdese el éxito de aquel nefasto libro <i><a href="http://www.ediciones-omega.es/historia-antigua/653-y-la-biblia-tenia-razon-978-84-282-0916-8.html" target="_blank">Y la Biblia tenía razón</a></i>, de W. Keller–. También, en el ámbito político, no pocas veces se ha intentado establecer una línea directa, inexistente, entre quienes vivieron en aquellas siempre inestables tierras de Oriente Medio y los actuales habitantes de las mismas.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Uno de los aspectos más interesantes de la arqueología del antiguo Israel viene de la posibilidad de conocer de primera mano los lugares y los ambientes que han configurado nuestra civilización, algo que va más allá de la localización de un determinado lugar relacionado con tal o cual acontecimiento histórico. Así, poder reconstruir la cultura cananea, conocer los primeros vestigios históricos del pueblo de Israel o analizar las primeras huellas que dejó el cristianismo en la región donde surgió supone una fuente de enriquecimiento no sólo cultural, también espiritual. Hacerlo en modo crítico, como nos lo permite la arqueología, sin sentimentalismos ni fundamentalismos, es la mayor satisfacción que pueda obtenerse, aun a riesgo de pasar como un descreído o un relativista a los ojos de quienes creen estar en posesión de la verdad, a través, supongo, de algún tipo de revelación arcana.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Aquella experiencia en tierras de la Biblia me permitió no sólo conocer una sucesión de pueblos y culturas, ir colmando poco a poco –nunca se concluye esta tarea– el deseo de saber más y creer mejor; también, descubrir en primera persona, sin intermediarios –a menudo tendenciosos–, cómo es la sociedad israelí actual. Fueron tiempos duros, los atentados estaban a la orden del día, Isaac Rabin fue asesinado, la segunda Intifada se estaba gestando, pero Israel se presentaba como algo más que violencia o conflicto. Aparecía como en realidad es: un país moderno, radicalmente distinto a los que lo rodean, con una juventud preparada y comprometida, una oferta cultural envidiable… Una imagen, pues, bien alejada del conflicto eterno que nos presentan a menudo los medios de comunicación.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Recuerdo que una de las primeras conclusiones que fui elaborando tenía que ver con mi rechazo, que venía de atrás, a llamar a aquella zona <i>Tierra Santa</i>. Como reclamo espiritual y turístico puede funcionar; como realidad, ciertamente, no. Desde aquellas primeras experiencias, a las que siguieron otros viajes con objetivos diferentes, me esforcé en no idealizar, en no traducir, en no interpretar mis ideas preconcebidas con la realidad que se me presentaba a la vista. A ello, sin duda, me ayudó el sano escepticismo que produce la verdadera arqueología.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">______________</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Publicado en <a href="http://elmed.io/arqueologia-en-israel/" target="_blank">El Medio</a>.</span></div>
<div style="left: -1988px; position: absolute; top: -1999px;">
<div style="left: -1988px; position: absolute; top: -1999px;">
- See more at: http://elmed.io/arqueologia-en-israel/#sthash.1VZmmwCv.dpuf</div>
<div align="left">
No
cabe duda de que el mejor modo de conocer un país es a través de sus
gentes, su historia y su cultura. El turismo ayuda poco, debido a los
estereotipos que intentan explotar las agencias. Hasta mediados de los
años noventa, había tenido, como cualquier persona de<b> raíces judeocristianas</b>, la oportunidad de conocer <b>Israel</b>
a través de su historia, su religión, sus tradiciones. Entonces se me
ofreció la posibilidad de conocerlo desde dentro, literalmente.</div>
<div align="left">
La Universidad Complutense de Madrid había firmado un
acuerdo de colaboración con la Universidad Hebrea de Jerusalén para
continuar las excavaciones de <a href="http://unixware.mscc.huji.ac.il/%7Ehatsor/hazor.html" target="_blank"><b>Hazor</b></a> (Tel el Quedah), que habían sido iniciadas por <b><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Yigael_Yadin" target="_blank">Yigael Yadin</a></b>
a mediados de los años cincuenta. En verano, durante seis semanas, un
grupo de estudiantes, principalmente del departamento de Filología
Hebrea, dirigidos por María Teresa Rubiato, se unía a la campaña
arqueológica. El ambiente era muy heterogéneo, en cuanto a origen,
preparación e intereses de los participantes, pero la convivencia
siempre fue buena y enriquecedora.</div>
<div align="left">
La arqueología, conviene recordarlo, no consiste en
montarse a caballo, ponerse un sombrero y adentrarse en no sé qué
cuevas; tampoco se trata de horadar la tierra para ver si por casualidad
encontramos piezas que puedan decorar algún museo. Es una ciencia y,
como tal, debe ser planificada y ejecutada de manera seria, pausada y
crítica. Israel, que está a la vanguardia en numerosos campos técnicos y
científicos, es una verdadera potencia arqueológica. En un territorio
relativamente pequeño, 22.145 km<sup>2</sup>, hay actualmente más de <a href="http://www.mfa.gov.il/MFA/History/Early+History+-+Archaeology/Cumulative+table+of+contents+-+Archeological+Sites.htm">70 yacimientos arqueológicos</a>. En gran parte de ellos se sigue excavando, y los interesados pueden participar en las <a href="http://www.mfa.gov.il/MFA/History/Early+History+-+Archaeology/Archaeological_Excavations_Israel_2013.htm">campañas</a> que se efectúan cada año, generalmente en verano. Se trata de <b>una oportunidad única para conocer el pasado y el presente de Israel.</b>
Su historia y las modernas técnicas de interpretación de los datos
arqueológicos. La fatiga cotidiana de trabajar muchas horas bajo el sol
se combina con la satisfacción del contacto directo con restos
materiales de las culturas –según lugares– cananea, israelita,
helenista, romana, islámica y cruzada.</div>
<div align="left">
La tierra donde todo comenzó no deja de sorprender y
enseñar. De ahí la importancia que en las últimas décadas se ha otorgado
a la arqueología en Israel.</div>
<div align="left">
A nadie se le escapan los interesantes hallazgos que ofrecen cada año las excavaciones, pero junto a ellos surgen<b> interpretaciones, no siempre científicas, que sirven la polémica en bandeja</b>.
La arqueología ha sido utilizada, no siempre convenientemente, con
otras finalidades. De este modo, algunos datos han sido interpretados,
con demasiada frecuencia, de manera tendenciosa por quienes pretendían
dar una veracidad histórica, de la que carece en términos estrictos, a
la Escritura –recuérdese el éxito de aquel nefasto libro <a href="http://www.ediciones-omega.es/historia-antigua/653-y-la-biblia-tenia-razon-978-84-282-0916-8.html"><i>Y la Biblia tenía razón</i></a>,
de W. Keller–. También, en el ámbito político, no pocas veces se ha
intentado establecer una línea directa, inexistente, entre quienes
vivieron en aquellas siempre inestables tierras de Oriente Medio y los
actuales habitantes de las mismas.</div>
<div align="left">
Uno de los aspectos más interesantes de la arqueología
del antiguo Israel viene de la posibilidad de conocer de primera mano
los lugares y los ambientes que han configurado nuestra civilización,
algo que va más allá de la localización de un determinado lugar
relacionado con tal o cual acontecimiento histórico. Así, poder
reconstruir la cultura cananea, conocer los primeros vestigios
históricos del pueblo de Israel o analizar las primeras huellas que dejó
el cristianismo en la región donde surgió supone una fuente de
enriquecimiento no sólo cultural, también espiritual. Hacerlo en modo
crítico, como nos lo permite la arqueología, sin sentimentalismos ni
fundamentalismos, es la mayor satisfacción que pueda obtenerse, aun a
riesgo de pasar como un descreído o un relativista a los ojos de quienes
creen estar en posesión de la verdad, a través, supongo, de algún tipo
de revelación arcana.</div>
<div align="left">
Aquella experiencia en tierras de la Biblia me permitió
no sólo conocer una sucesión de pueblos y culturas, ir colmando poco a
poco –nunca se concluye esta tarea– el deseo de saber más y creer mejor;
también, descubrir en primera persona, sin intermediarios –a menudo
tendenciosos–, <b>cómo es la sociedad israelí actual.</b> Fueron tiempos duros, los atentados estaban a la orden del día, Isaac Rabin fue asesinado, la segunda <i>Intifada</i>
se estaba gestando, pero Israel se presentaba como algo más que
violencia o conflicto. Aparecía como en realidad es: un país moderno,
radicalmente distinto a los que lo rodean, con una juventud preparada y
comprometida, una oferta cultural envidiable… Una imagen, pues, bien
alejada del conflicto eterno que nos presentan a menudo los medios de
comunicación.</div>
<div align="left">
Recuerdo que una de las primeras conclusiones que fui
elaborando tenía que ver con mi rechazo, que venía de atrás, a llamar a
aquella zona <i>Tierra Santa</i>. Como reclamo espiritual y turístico
puede funcionar; como realidad, ciertamente, no. Desde aquellas primeras
experiencias, a las que siguieron otros viajes con objetivos
diferentes, me esforcé en no idealizar, en no traducir, en no
interpretar mis ideas preconcebidas con la realidad que se me presentaba
a la vista. A ello, sin duda, me ayudó <b>el sano escepticismo que produce la verdadera arqueología</b>.</div>
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Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-60218808969166046062012-12-07T06:00:00.000+01:002012-12-07T06:00:01.849+01:00Mentir: ¿un derecho o una potestad?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgORhBoC_0jv_mdj3IJLFLs7srD7-otpP7A_8TalZiS80ertb7-xQKOljSvHIQRZXD2l6A89VT4lFdeR0H_6dmkqVgcAzU6cI1lk5o8zNJZT1-4-MUXQPSW6nLXxHJv9CL6T50uQ3Z2F2XW/s1600/Benjamin_Constant.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgORhBoC_0jv_mdj3IJLFLs7srD7-otpP7A_8TalZiS80ertb7-xQKOljSvHIQRZXD2l6A89VT4lFdeR0H_6dmkqVgcAzU6cI1lk5o8zNJZT1-4-MUXQPSW6nLXxHJv9CL6T50uQ3Z2F2XW/s1600/Benjamin_Constant.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">No debe sorprender el hecho de que las mentes débiles se encuentren más a gusto en ambientes acríticos. Cuando el incauto ciudadano recibe la dosis de contentamiento necesaria para llevar una existencia suficientemente digna, se siente profunda y aliviadamente liberado de interrogarse por cualquier otro sentido que pueda tener su vida. Más aun, cuando acata, cumple y asume una serie de normas que le garantizan la estabilidad –sinónimo moderno de felicidad–, se muestra eternamente agradecido a quien le enseña ese camino, seguro de que le ahorra toda perplejidad. Esto es aplicable a todos los ámbitos humanos, ya sean sociales, culturales, políticos o religiosos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pero siempre hay quien se obstina en la <i>manía</i> de hacer preguntas. No satisfecha con lo que las grandes mentes ya han discurrido para sí y para los demás, la persona de mente y corazón inquietos no se cansa de criticar –del griego κρίνω, "juzgar"– e interrogarse continuamente. Surge así la filosofía, como nos propone Gabriel Albiac al inicio –y también al final, cerrando el discurso como lo empezó– del estudio preliminar que abre el volumen que presentamos. Filosofía, que no es "disciplina de la verdad", continúa el autor, sino "meditación en la paradoja constituyente del mentir: lengua de la inmanencia" cuyo cauce es la interrogación. Y como de filosofar se trata, nada mejor que un título en forma interrogativa para comenzar la reflexión: <i>¿Hay derecho a mentir?</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Nos situamos en la complicada Europa de finales del siglo XVIII, donde la Revolución francesa ya ha triunfado y fracasado, destruyendo mucho, construyendo menos y transformando todo. Encontramos a dos personajes, Kant y Constant, ocupados en sus razonamientos desde lugares y circunstancias vitales muy distantes. Kant, ya consagrado, que, encerrado en su burbuja provinciana de Königsberg, ajeno a los acontecimientos políticos, interesado sólo por los éticos, se empeña en establecer un sistema universal repleto de leyes morales que encuentran acomodo en una metafísica que, preocupándose teóricamente por la vida, se acaba olvidando en la práctica de ella. Constant, suizo trasplantado en París, conocedor a distancia de la Revolución, como Kant, pero ciertamente víctima directa de los desmanes que ésta produjo en los años posteriores; paradigma, si se quiere, del bon vivant pero testigo y protagonista de la historia y de la vida reales. Son, explica Albiac,</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>el viejo y el nuevo régimen –quizá mejor, el viejo y el nuevo mundo–: el viejo, que anhela el nuevo, del cual lo ignora todo; el nuevo, herido de añoranza incurable por el perdido.</i></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En un pequeño tratado, Des réactions politiques, Constant afirmó: "El principio moral que declara ser un deber decir la verdad, si alguien lo tomase incondicional y aisladamente, tornaría imposible cualquier sociedad". Para justificar tal afirmación, continuaba:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>tenemos la prueba de ello en las consecuencias muy inmediatas que un filósofo alemán sacó de ese principio, yendo hasta el punto de afirmar que la mentira dicha a un asesino que nos preguntase si un amigo nuestro perseguido por él no se refugia en nuestra casa sería un crimen.</i></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUkIsArUNRcwng2nA0kY1qk_xLvB8pTSgojCQ7nVdcV1Q2xrgNjEQpE_r4GdzRNfmq-uWRjl31XORhJ87RP7hXoY0hNF5cKPfrwYgojYiHhL6uRn_OIf_mLLBhtdf-EZJ5D-uiq35waB1j/s1600/Kant.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUkIsArUNRcwng2nA0kY1qk_xLvB8pTSgojCQ7nVdcV1Q2xrgNjEQpE_r4GdzRNfmq-uWRjl31XORhJ87RP7hXoY0hNF5cKPfrwYgojYiHhL6uRn_OIf_mLLBhtdf-EZJ5D-uiq35waB1j/s200/Kant.jpg" width="178" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Resulta curioso que Constant, aunque apuntando directamente a Kant, no especificara el nombre del filósofo alemán. Más curioso aún es que la cita no se encuentre en ningún escrito conocido del prusiano. No obstante, Kant se dio por aludido y entró al trapo. Constant le había puesto en bandeja la posibilidad de desarrollar con mayor profundidad lo que anteriormente había dado a entender aun sin explicitarlo. Surgió así el enfrentamiento entre dos modos de contemplar el mundo y la vida. Uno, el de Constant, radicado en la experiencia, en los acontecimientos cotidianos y sus efectos. Otro, el de Kant, inmaterial, aséptico, establecido en una metafísica que se erige como ideología y que se desentiende, a fin de cuentas, de la realidad humana concreta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La discusión acerca de la mentira no era un hecho novedoso. Muchos autores de la antigüedad habían planteado situaciones similares a las que dieron origen a la polémica entre Constant y Kant. En el <i>De mendacio</i>, san Agustín propone el caso de las matronas hebreas que mienten a las autoridades egipcias para evitar la muerte de los neonatos varones (Ex 1, 15-20), y añade otro, más próximo a su época, que tuvo como protagonista a un obispo de Tagaste que, por no mentir ni señalar el lugar donde se escondía un inocente que se había refugiado en su casa, sufrió todo tipo de ultrajes. En pocas obras de san Agustín encontramos mayor número de interrogantes, lo cual indica la dificultad del tema y la imposibilidad de poder dar respuestas simples a situaciones tan complejas. En el caso de san Agustín, las conclusiones deberán entenderse a partir de la fuente de autoridad que las avala: la Sagrada Escritura. Sería injusto –y él mismo lo advierte a sus lectores– juzgar sus planteamientos quedándose simplemente en los ejemplos, ya que éstos únicamente ilustran un fondo teórico que se establece como norma general válida únicamente para el cristiano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En el caso de Kant, sin embargo, las cosas funcionan de otra manera. El criterio máximo de autoridad es la razón, y sus postulados se proponen como valores universales, no sólo válidos para todos los hombres, también exigibles a todos y cada uno de ellos. Constant, espectador de los desmanes de la Francia post-revolucionaria, no puede aceptar un principio general que se desentiende del individuo y lo reduce a mera pieza del engranaje del sistema. En definitiva, lo que hace Constant es denunciar lo que de inhumano tiene un sistema <i>absolutista</i> como el kantiano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWP2yJk_eGrbTtQdsv27BdaSgo5u7ffk5OdLELdGS6xtHvSW-wSVq1skDWSdqpZvhnZEYxV8jderm4zN7QVWXk_ecOjhR8HM5NMSci7AdYKnSlEpuaDP0hIYor1x3kCVwnZW13QEV6eV8u/s1600/Gabriel+Albiac.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="148" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWP2yJk_eGrbTtQdsv27BdaSgo5u7ffk5OdLELdGS6xtHvSW-wSVq1skDWSdqpZvhnZEYxV8jderm4zN7QVWXk_ecOjhR8HM5NMSci7AdYKnSlEpuaDP0hIYor1x3kCVwnZW13QEV6eV8u/s200/Gabriel+Albiac.jpg" width="200" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">A este particular, el peligro del idealismo filosófico, del que Kant se erige sumo sacerdote, es al que está dedicado gran parte de su estudio. Albiac confiesa haber tenido noticia de esta polémica hace ahora cuarenta años, a través de la lectura en París del <i>Tratado de las virtudes</i> de Jankélévitch. El por entonces veinteañero filósofo, bastante idealista –y por tanto <i>bastante ignorante</i>, según él mismo nos cuenta–, no captó la trascendencia de aquella polémica. El idealismo filosófico se le presentaba demasiado sublime. Seguramente aún no había identificado como tal el error del idealismo, esto es, la reducción del problema de la verdad al ámbito de lo jurídico, la reducción de la persona a mero <i>súbdito</i> del derecho. Aquel principio que triunfó en las ideologías totalitarias de diferente signo que asolaron Europa a partir del siglo XIX y que aún subyace en el imaginario de muchas otras.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Insertados por tanto en la realidad vital, en la libertad que presupone toda existencia digna, el derecho no tendrá nada que decir acerca del modo en que los ciudadanos gestionen la cuestión de la verdad o la mentira. Decir la verdad, o mentir, no será derecho, ni obligación ni deber; será, en todo caso, potestad del hombre, que contempla, juzga y actúa libre y consecuentemente; porque ¿no es acaso la conciencia la norma última de moralidad?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://www.tecnos.es/cgi-bin/fichatecnica.pl?codigo_comercial=1229723&id_sello_editorial_web=12" target="_blank">Immanuel Kant y Benjamin Constant, ¿Hay derecho a mentir?</a>, Tecnos, Madrid, 2012, LXXVII + 43 páginas.</span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">________________</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Publicado en <a href="http://www.ilustracionliberal.com/52/mentir-un-derecho-o-una-potestad-juan-antonio-cabrera-montero.html" target="_blank">La Ilustración Liberal</a> 52 (2012) 103-106.</span></div>
Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-82749919477168817642012-10-12T00:35:00.000+02:002012-10-12T23:43:18.561+02:00El Concilio Vaticano II: cincuenta años de un nuevo modelo de Iglesia<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGuuOI45ybYxA7RzFV3MBdofoTUmFem4AK3YY1MUIoSB5edEaEd6ui4PyQHPX0n2Gkg4SqntsrNvLP4bAzAcJhaWDA3FPHTnIvot5H8Z1-00zbuwzPa0U6TgCyEN-Cd6Az9UaQAha67QmF/s1600/concilio-vaticano-ii-set-19621.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGuuOI45ybYxA7RzFV3MBdofoTUmFem4AK3YY1MUIoSB5edEaEd6ui4PyQHPX0n2Gkg4SqntsrNvLP4bAzAcJhaWDA3FPHTnIvot5H8Z1-00zbuwzPa0U6TgCyEN-Cd6Az9UaQAha67QmF/s320/concilio-vaticano-ii-set-19621.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>El 11 de octubre de 1962 se inauguraba en la basílica de San Pedro en el Vaticano el vigésimo primer concilio ecuménico de la Iglesia católica. En una época en la que todo es histórico, en la que cada acontecimiento, por banal que sea, es considerado evento, el recuerdo de la celebración del Vaticano II puede no alcanzar el significado que realmente posee. No exageraron quienes lo definieron como un nuevo Pentecostés o como una brújula que orienta a la Iglesia en su actual tarea evangelizadora.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El 25 de enero de 1959, cuando todavía no se habían cumplido ni siquiera tres meses del inicio de su pontificado, Juan XXIII transmitió a un pequeño grupo de cardenales la intención de convocar un concilio general que atendiera la urgente necesidad de replantear algunas formas anticuadas de exposición doctrinal y de proporcionar nuevas directrices de disciplina eclesiástica. El papa bueno, experto conocedor de la historia de la Iglesia, sabía que aquélla era la mejor herramienta, no exenta de riesgos, para lograr una verdadera renovación de la vida eclesial.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El camino hacia el concilio no fue fácil. A las dificultades logísticas y organizativas de una asamblea tan numerosa de obispos, expertos y observadores, se añadieron las insidias de no pocos miembros de la curia romana que intentaron frenar o al menos obstaculizar la celebración del concilio. Entonces, como ahora, abundaban aquellos “profetas de calamidades” a los que hizo referencia Juan XXIII en su <a href="http://www.vatican.va/holy_father/john_xxiii/speeches/1962/documents/hf_j-xxiii_spe_19621011_opening-council_sp.html" target="_blank">discurso de inauguración</a>. Los malos augurios que presagiaban sus detractores no minaron el ánimo del papa, que, como afirmó en la constitución apostólica <i><a href="http://www.vatican.va/holy_father/john_xxiii/apost_constitutions/documents/hf_j-xxiii_apc_19611225_humanae-salutis_sp.html" target="_blank">Humanae Salutis</a></i> por la que se convocaba el Concilio Vaticano II, siempre creyó “vislumbrar, en medio de tantas tinieblas, no pocos indicios que nos hacen concebir esperanzas de tiempos mejores para la Iglesia y la humanidad”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhciXmaS0pbmhE0vApIm0pQpJVXA9LuN7bVy-fKr-czWKU-MCkaOIRujzIqsZGsDpE9Y9YIO_ygIy6S8F-HxFLBzIe1ctoYS3dElCmU5NsUQen9k1lj3TW5PDxx_558XDc9yb50Uz2FSaoO/s1600/PAPA_JUAN_XXIII.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhciXmaS0pbmhE0vApIm0pQpJVXA9LuN7bVy-fKr-czWKU-MCkaOIRujzIqsZGsDpE9Y9YIO_ygIy6S8F-HxFLBzIe1ctoYS3dElCmU5NsUQen9k1lj3TW5PDxx_558XDc9yb50Uz2FSaoO/s320/PAPA_JUAN_XXIII.jpg" width="237" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Siguiendo la máxima teológica <i>Ecclesia semper reformanda est</i>, no siempre fácil de interpretar y actuar, Juan XXIII se opuso tanto a un modelo de concilio de lucha, como había sido el de Trento, como a uno de resistencia y de oposición al mundo moderno, como había sido el Vaticano I. Su intención fue renovar la Iglesia, purificarla, interpretar adecuadamente los signos de los tiempos, establecer un diálogo sincero con la sociedad contemporánea sin traicionar el Evangelio ni renunciar a la riqueza de la Tradición y allanar el camino de la unidad con el resto de las comunidades cristianas no católicas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La convocatoria del concilio había sorprendido a muchos dentro y fuera de la Iglesia, si bien es cierto que desde hacía tiempo, durante el pontificado de Pío XII, se habían producidos los primeros pasos de reforma, importantes aunque tímidos. Más sorprendente aún fue el desarrollo de la asamblea conciliar. La libertad con la que se desarrollaron los debates constituye un modelo de cómo una institución tan jerarquizada como la Iglesia católica es capaz de lograr el objetivo de reformarse sin traicionarse a sí misma ni desmoronarse. Se votaron todos y cada uno de los pasos que se daban, tanto los meramente formales o metodológicos como los doctrinales. Cada uno de los documentos que aprobó el concilio fue sometido a votaciones parciales y totales, no sólo en su redacción definitiva sino también en sus esquemas previos. Ni Juan XXIII ni su sucesor, Pablo VI, obstaculizaron el libre debate en las asambleas plenarias y en las reuniones de las diferentes comisiones que estudiaban y preparaban los textos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Se logró así un <i><a href="http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/index_sp.htm" target="_blank">corpus</a></i> de documentos que configuraron, a partir de entonces, la Iglesia contemporánea: cuatro <i>constituciones</i> que representan, en cierta manera, el armazón de las enseñanzas conciliares sobre la revelación divina, la Iglesia, la liturgia y la presencia de la propia Iglesia en el mundo contemporáneo; nueve <i>decretos</i> que tratan temas más delimitados: los medios de comunicación social, el episcopado, el ministerio y la vida sacerdotal, la formación sacerdotal, el apostolado laical, la renovación de la vida consagrada, el ecumenismo, las Iglesias orientales y la actividad misionera de la Iglesia; y tres <i>declaraciones</i>, un tipo de documento inédito hasta entonces en la tradición conciliar que está destinado a toda la humanidad y no solamente a los fieles católicos: sobre la educación cristiana, sobre la libertad religiosa y sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La clausura oficial del concilio en 1965 no supuso el final del mismo. Un evento de estas características no tiene su objeto en sí mismo sino en la propia vida de la Iglesia. Fue a partir de entonces, en el período de recepción de sus conclusiones, cuando las enseñanzas del concilio se hicieron efectivas. La historia enseña que la aceptación de un concilio no es automática, que se requiere un período de explicación y de asimilación. No es nunca fácil y tampoco lo fue en aquella ocasión; a las circunstancias sociales, tan traumáticas a finales de los años 60, se unieron las divergencias en el seno de la Iglesia entre aquellos a quienes el concilio les supo a poco, aquellos que sintieron cómo la Iglesia se había traicionado a sí misma y aquellos que permanecieron indiferentes. Si se pregunta acerca de las novedades que introdujo el Vaticano II, a menudo se limita a señalar la reforma litúrgica –que por otra parte había ya comenzado en tiempos de Pío XII– y se marginan los dos aspectos realmente importantes: uno ad extra, el nuevo modelo de relación entre la Iglesia y el mundo contemporáneo y otro ad intra, la reforma de la propia vida eclesial. El período de crisis que siguió al concilio indica la magnitud de las reformas adoptadas. Cincuenta años más tarde se constata que aún no se ha agotado su riqueza y que queda mucho por aprender de él, conociéndolo y poniéndolo en práctica.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-79158975041139923422012-09-23T16:36:00.000+02:002012-09-23T17:45:02.684+02:00"No está aquí"<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo" Mc 16, 6b-7.</span></b></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Hace pocos días celebré el décimo aniversario de mi ordenación sacerdotal y tuve el honor de presidir una eucaristía en el lugar que la tradición venera como el sepulcro de Cristo -con bastantes pruebas arqueológicas e históricas que lo atestiguan (sí, los <i>reformados</i> buscaron y encontraron otro lugar, pero es que llegaban con siglos de retraso y el auténtico ya estaba repartido, no sin escándalo, entre latinos, griegos, coptos, armenios y sirios).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi23d0FRhnJMeNl76cjEgCQ2EnS2d8G7nHl6CncDKpyy4xsVct_yffk1sYQL0K-ebnnmphG8SlUeRBQCN3OGpr9ipLpBieSHLWvFJ_QmigtHHWros4BWiN-e3p7epsOcjuOvhGgQ5mfwft6/s1600/Anastasis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><img border="0" height="148" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi23d0FRhnJMeNl76cjEgCQ2EnS2d8G7nHl6CncDKpyy4xsVct_yffk1sYQL0K-ebnnmphG8SlUeRBQCN3OGpr9ipLpBieSHLWvFJ_QmigtHHWros4BWiN-e3p7epsOcjuOvhGgQ5mfwft6/s320/Anastasis.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Había visitado el lugar en múltiples ocasiones desde el año 1995, pero esta vez tenía un significado especial. El ritual que ofrecen los franciscanos que custodian la parte latina de la basílica del Santo Sepulcro propone varias alternativas para la lectura del Evangelio. Recordé, al entrar, el texto de Marcos que encabeza esta entrada, quizás el más adecuado para entender lo que realmente significa y representa el lugar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">No pretendo entrar en exégesis complicadas, es domingo por la tarde y además para eso están los expertos, simplemente os cuento aquello que me vino a la cabeza en aquella media hora en la que permanecí en el interior de la minúscula capilla en compañía de mis padres y otras cuatro personas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqpGVkpAkIFHbMnfCHBAQC8-P6NwV5nUZCBXKt-6N25HMp7b69od5DSiOW9E4-BJlSEUH3kwfFMljSty3oTyKUlMs7Rx8YkUQ7p1iNv5Vhkdx4zDbvczXErI00Lc1m75mpuuUtt16GLZVQ/s1600/santosepulcro" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqpGVkpAkIFHbMnfCHBAQC8-P6NwV5nUZCBXKt-6N25HMp7b69od5DSiOW9E4-BJlSEUH3kwfFMljSty3oTyKUlMs7Rx8YkUQ7p1iNv5Vhkdx4zDbvczXErI00Lc1m75mpuuUtt16GLZVQ/s320/santosepulcro" width="240" /></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"No os asustéis". Bien dicho, autor de Marcos, porque hay quienes pudieran esperar algo que no lograrán encontrar; por ejemplo una prueba histórica de la resurrección de Jesús. No hay que asustarse porque el sepulcro esté vacío, en todo caso sí por el mal gusto con el que lo han adornado entre unos y otros anticipando en siglos el dichoso "café para todos".</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado". Efectivamente, un discípulo de Jesús, un verdadero cristiano, no hará otra cosa en su vida más que buscar a Jesús. Lo tendrá siempre a su lado, pero o no se dará cuenta o no logrará satisfacer del todo la verdadera necesidad que de él tiene. El Crucificado, aquel que entregó no sólo su muerte, sino toda su vida, predicando con el ejemplo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Ha resucitado; no está aquí". Si no fuera por esta frase yo no estaría escribiendo esta entrada ni habría celebrado aquella eucaristía. Es justamente la resurrección el evento que sin ser histórico más ha cambiado el curso de la Historia y de las historias de muchas personas, al menos de la mía (y no creo ser el único). "Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe", dice san Pablo (1Cor 15, 14). Efectivamente, Cristo habría dejado un buen mensaje, un óptimo ejemplo... como tantos otros que han dejado otras tantas personas a lo largo de los siglos, pero no habría dotado de pleno sentido la vida, la verdadera vida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Ved el lugar donde le pusieron". A eso se va a Jerusalén, a ver el lugar donde estuvo y ya no está. A intentar actualizar algunos episodios de su vida que transcurrieron en esta ciudad; echándole, eso sí, un poco de imaginación y quitando hasta veinte metros de estratos que se han ido acumulado en algunos lugares desde el s. I.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro". Todo en el cristianismo es comunitario, o no es verdaderamente cristiano. No es una creencia individual, es compartida. No anula, sin embargo, al individuo (¡ay estos comunistas que proponen a Jesucristo como el primero de ellos!), sino que lo sitúa en su contexto más humano: vivir por y para los otros que son como él. De ahí la importancia del "id y decir"; si alguien se guarda para sí algo bueno y no lo comparte, o ese algo no es tan bueno o esa persona no es de fiar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Que irá delante de vosotros a Galilea". Allí donde todo empezó (cf. Hch 10, 37); aquel distrito de los gentiles (gelîl ha-goyim) del que hablaba Isaías al final de su capítulo octavo; aquel símbolo de universalidad, no de exclusividad; aquel lugar siempre actual, ya que no dejaremos de estar siempre en camino; aquel lugar, especialmente a la orilla del lago, en el que es más fácil, incluso hoy en día, imaginar cómo se desarrolló la vida de Jesús.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsuFdp1ro5jemLeuh_rg1q4BFDvbUtv8U47wTBIVxTXPRfg7g1uoGeaQB5gf6l2nFTZYH76WbyQng7y_SXsL6SlXBIhD_5Ni2zxlh2woid6yxzqkqzDNucbO1YhOw_QedoRBrf81nlpoaN/s1600/Galilea" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsuFdp1ro5jemLeuh_rg1q4BFDvbUtv8U47wTBIVxTXPRfg7g1uoGeaQB5gf6l2nFTZYH76WbyQng7y_SXsL6SlXBIhD_5Ni2zxlh2woid6yxzqkqzDNucbO1YhOw_QedoRBrf81nlpoaN/s400/Galilea" width="400" /></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Allí le veréis, como os dijo". Allí donde también empezó todo para cada uno de nosotros: nuestra familia o nuestro círculo más íntimo o donde descubrimos que la vida es mucho más de que lo que se nos presenta a simple vista. El lugar, nuestra vida, que, aun siendo gentil, se va santificando diariamente, porque "yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-22253004034443751452012-09-08T00:34:00.000+02:002012-09-08T00:40:56.350+02:00El conflicto árabe-israelí<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ultimando el viaje a Israel, os dejo tres vídeos que explican con bastante claridad el origen, desarrollo y posibles soluciones de un conflicto que dura ya demasiado tiempo.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Habrá quien diga que mi posición es claramente pro-israelí, no lo oculto, estoy dispuesto a actualizar la entrada si alguien me ofrece una versión similar (pausada y documentada) proveniente del "otro lado".</span></div>
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/XGYxLWUKwWo?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://1.gvt0.com/vi/QAuBc_cbXo0/0.jpg" height="266" width="320"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/QAuBc_cbXo0&fs=1&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://www.youtube.com/v/QAuBc_cbXo0&fs=1&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<object class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://0.gvt0.com/vi/g_3A6_qSBBQ/0.jpg" height="266" width="320"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/g_3A6_qSBBQ&fs=1&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://www.youtube.com/v/g_3A6_qSBBQ&fs=1&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Shalom!</span>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-16593352703239719722012-09-01T18:43:00.000+02:002012-09-06T11:59:58.404+02:00Muere una gran persona - Tránsito<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">No habría querido actualizar esta entrada tan pronto, Horacio ha cumplido ya su tránsito esta mañana, 6 de septiembre de 2012. Nos deja una obra magnífica y un recuerdo personal imborrable. Ahora podrá encontrar respuesta a todas las preguntas. Descansa en paz, amigo.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
___________</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Un gran vídeo de un gran hombre.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/zJOR5q6IYnc?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-18615546020980415912012-06-28T07:00:00.000+02:002012-06-28T07:00:09.489+02:00El libro, una historia en curso<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i>Imaginemos
la historia de la comunicación escrita a modo de calendario. El 1 de enero
correspondería al inicio de la escritura, en Sumeria; el códice aparecería en
septiembre; Gutenberg, a finales de noviembre; internet, el 31 de diciembre a
mediodía, y el libro electrónico, poco antes de dar las uvas. </i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Es
un modo fiel y sugerente de presentar esa historia, pero ya sabemos que la
cronología no lo es todo. Afrontar la historia de la comunicación escrita no es
tarea sencilla, pues intervienen muchos elementos que no necesariamente se
suceden en el tiempo: autor, escritura, soporte físico, edición, distribución,
difusión, lector.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Existen
diferentes modos de elaborar una historia del libro. Podemos limitarnos al
soporte físico y estudiar las tablillas de arcilla, los papiros, las hojas de
palma, el pergamino, el papel o los circuitos internos de los dispositivos
electrónicos. Podemos detenernos en la forma y analizar los rollos o los
códices o las pantallas de los <i>e-books</i>. Podemos atender también a la escritura
y a la caligrafía, bien manuscrita, bien impresa. Podemos, finalmente, estudiar
el tipo de lector, el destinatario del complejo proceso de transmisión escrita
de cualquier tipo de conocimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El
problema es cuando queremos hacer todo eso en poco más de doscientas páginas.
Eso sí, magníficamente ilustradas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El
autor entiende por libro cualquier tipo de objeto material que sirva para
transmitir conocimiento. Cabe de todo en una definición tan vaga, y es un punto
de partida excelente para hablar de lo que queramos sin forzar el
planteamiento: encuentran acomodo tanto los Rollos del Mar Muerto como una
tarjeta de crédito, ya que ambos son realidades materiales y transmiten
información; por no hablar del arte, que transmite múltiple información y que
precede al origen mismo de la escritura –recuerdo sobre este particular una
eterna discusión: el llamado arte rupestre, ¿es arte, es escritura, ambas
cosas, ninguna?–.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Lo
importante, en todo caso, es que el lector de esta obra que presento sepa que
los conceptos <i>sociedad de información</i> y <i>sociedad de comunicación</i>, aunque de
cuño moderno, existen desde hace milenios. A medida que avanza la técnica, como
es lógico, se aceleran, se universalizan y perfeccionan, pero la transmisión
escrita de ideas individuales y colectivas nace con el primer código de
escritura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi30U2iCNJqeXW5bbCIG-4cX2bzhqSP6CZwfSJRxxlhyphenhyphenNPQMACBWXp2csuc1Q_HJAWJBwSh7-czDcOkz3_-7pzOWJ9b60NItXdQna9lHeUDgXiEihxreLtDcpGaz4sknZ5_gJLTKg-Ca1U3/s1600/por-libros-antiguos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi30U2iCNJqeXW5bbCIG-4cX2bzhqSP6CZwfSJRxxlhyphenhyphenNPQMACBWXp2csuc1Q_HJAWJBwSh7-czDcOkz3_-7pzOWJ9b60NItXdQna9lHeUDgXiEihxreLtDcpGaz4sknZ5_gJLTKg-Ca1U3/s1600/por-libros-antiguos.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Volviendo
al libro, no obstante, hay que decir que el autor se defiende bastante bien y
traza en modo oportuno el proceso de evolución desde las tablillas cuneiformes
mesopotámicas al último modelo de libro electrónico. A veces se sale del guión,
y es cuando deja aflorar algún que otro prejuicio ideológico y religioso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La
obra está dividida en cinco capítulos, que abarcan todo el arco temporal que he
señalado anteriormente. Dependiendo de sus gustos, el lector podrá, por
ejemplo, iniciar el viaje en Mesopotamia, saltar al Extremo Oriente, darse una
vuelta por el Mediterráneo clásico, conocer lo que queda de la cultura escrita
de la América precolombina, adentrarse en el problema de los derechos de autor
y hacerse una idea de lo complejo que es el proceso de edición de una obra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Lo
más destacable de este libro es la parte dedicada a la presentación de los
diferentes tipos de soporte material y todo aquello que técnicamente conllevan;
digamos, el aspecto meramente físico. Se nos presentan muchos ejemplos de
verdaderas obras de arte e ingenios tecnológicos, vamos descubriendo los
sucesivos pasos que median entre la simple transmisión de ideas y el placer de
aprender deleitando la vista, apreciando no sólo el contenido sino el
continente. De las técnicas más rudimentarias al perfeccionamiento de la
escritura, de la edición limitada propia de épocas tecnológicamente menos
avanzadas a la difusión ingente e inmediata que proporciona internet...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El
espacio dedicado a esos capítulos abarca la mayor parte de la obra. El resto se
ocupa de aspectos estrechamente ligados a la historia del libro como tal pero
que invaden otros campos de estudio. El estudio que se hace del lector,
destinatario final de todo proceso de comunicación escrita, no satisface por
completo, se deja llevar por muchos prejuicios y no parece haber recogido la
riqueza que ofrecen otras obras, ya clásicas, que han tratado este asunto, como
la <a href="http://www.editorialtaurus.com/es/libro/historia-de-la-lectura-en-el-mundo-occidental-1/" target="_blank">Historia de la lectura en el mundo occidental</a>. Tampoco acierta el autor, en
mi opinión, en el examen que realiza del impacto social que necesariamente
provoca la difusión del conocimiento. No creo que sea honesto descargar sobre
una única comunidad religiosa, casualmente la católica, todas las culpas
relativas a la censura, las prohibiciones y las persecuciones –parece que
todavía hay quien piensa que la Ginebra de Calvino o el Londres de Enrique VIII
tras su ruptura con Roma, por nombrar sólo dos ejemplos, fueron islas donde
realmente se pudieron gustar en plenitud la libertad y el respeto a todo tipo
de ideas y la tasa de alfabetización superaba incluso el 100%–.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Resulta
muy interesante, en cambio, la exposición acerca de la propiedad intelectual.
Más allá del debate actual, es curioso ver cómo surge la exigencia de tutelar
los derechos del autor y del editor –los del lector parece que nunca han
importado tanto–. Igualmente, es todo un placer, permítaseme la ironía, volver
a recordar cómo la <i>piratería</i> no ha nacido con internet, cómo desde siempre ha
habido polémica no ya acerca del derecho sobre la copia, sino sobre la propia
idea; ya Cervantes la sufrió en sus carnes; recuerden cómo, en el capítulo 63
de la segunda parte, Don Quijote descubre en una imprenta de Barcelona nada
menos que la falsa segunda parte de sus propias historias, escrita por un autor
que no llega a identificar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Háganse
con éste u otro libro similar, abundan en el mercado, en todos encontrarán
carencias o insuficiencias pero todos les ofrecerán la posibilidad de sentirse
parte de esta larga historia del libro, que acompaña al hombre desde sus
orígenes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">MARTYN
LYONS: <a href="http://www.thamesandhudson.com/9780500251652.html" target="_blank">BOOKS, A LIVING HISTORY</a>. Thames & Hudson (Londres), 2011, 224
páginas.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">______________</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://libros.libertaddigital.com/el-libro-una-historia-en-curso-1276240252.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://libros.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Libros</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>
<!--EndFragment-->Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-67099386999480317702012-06-13T07:00:00.000+02:002012-06-13T07:00:04.180+02:00El final del reino visigodo<!--[if gte mso 9]><xml>
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<!--StartFragment-->
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5trWSQX_hrg5Gdbo2q-_oNaq7x43dOYgPCHrcZA5i-KNjE6sPbY0EOmLsLvLNv0GUmA_XeFIF-ACvBzGRZTI9ipr5kSkBvCCSancNpr5KhntFm-paZikV24tFPJPix94wA-UMhjQsJ0dO/s1600/fray+luis.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5trWSQX_hrg5Gdbo2q-_oNaq7x43dOYgPCHrcZA5i-KNjE6sPbY0EOmLsLvLNv0GUmA_XeFIF-ACvBzGRZTI9ipr5kSkBvCCSancNpr5KhntFm-paZikV24tFPJPix94wA-UMhjQsJ0dO/s1600/fray+luis.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i>Fray Luis de
León, denunciando los <a href="http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/p268/80271519908139506300080/p0000002.htm#I_16_">deslices</a>
del último rey visigodo, se dejó llevar por la pasión que ha predominado en
gran parte de la tradición historiográfica. Explicar un acontecimiento
histórico, ya sea una guerra civil, una batalla o un reinado, con un par de
frases ingeniosas convenientemente aderezadas ideológicamente es algo tan
habitual como improcedente. </i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El problema a la
hora de afrontar el final del dominio visigodo sobre la península ibérica es,
como siempre, la escasez de fuentes y la dudosa veracidad de las mismas. Fray
Luis se limitó a poner en verso una leyenda que comenzó a circular con éxito
pocas décadas después de la llegada de los musulmanes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La explicación
tradicional parece querer zanjar el asunto de la desaparición del Estado visigodo
asegurando que unos cuantos musulmanes cruzaron el Estrecho y, tras vencer a
las tropas de un reino en descomposición en una sola batalla, se hicieron con
el dominio de prácticamente toda la península. Las cosas, sin embargo, no son
tan sencillas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En primer lugar,
en el año 711 el reino visigodo padecía la precariedad política que lo
caracterizaba. Las luchas por el poder habían sido una constante durante toda
su existencia. Las sucesiones pocas veces habían sido tranquilas y las
sublevaciones estaban al orden del día. Nunca se encontró la medicina adecuada
para frenar la <i>enfermedad de los godos</i>, feliz expresión de Fredegario, cronista
galo del siglo VII, para referirse a la excesiva frecuencia con que los reyes
visigodos eran eliminados. Podemos, por tanto, otorgar parte de la culpa a la
debilidad política visigoda, si bien no fue un factor determinante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La España de
aquella época no carecía de relevancia internacional. ¿Cómo explicar, si no, la
representación del último rey, Rodrigo, en los frescos del castillo jordano de <a href="http://www.discoverislamicart.org/database_item.php?id=object;ISL;jo;Mus01_H;45;es">Qusayr
Amra</a>? Ningún califa se habría enorgullecido por haber vencido al rey de un
pequeño o insignificante Estado. Allí lo encontramos, sin embargo, acompañado
de otras grandes <i>personalidades</i> de la época, como el emperador bizantino, el
negus etíope, el rey de los sasánidas, el gran khan y el emperador de China. No
todos corrieron la misma suerte de Rodrigo, pero sí podríamos concluir que, en
el imaginario del emir que ordenó la construcción de aquel pequeño palacio una
década después de la invasión musulmana, el reino visigodo era considerado,
cuando menos, una potencia mundial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Este hecho, por
tanto, nos hace prestar atención a otro factor determinante y que en ocasiones
se ha dejado de lado: la expansión árabe. En relativamente poco tiempo, un
movimiento religioso que se había circunscrito a la península arábiga se
extendió por todo Oriente Medio y el norte de África, hasta llegar al
Atlántico. Sus conquistas se irían afianzando poco a poco. Al inicio, al menos
en su expansión hacia el oeste, fue apropiándose de pocas y pequeñas zonas
estratégicas, desde donde poder apoyar campañas militares. Fijó su objetivo en
la península ibérica sólo cuando llegó al extremo occidental de África. La
campaña de 711 no fue la primera acción militar que llevó a cabo contra el
reino visigodo, pero sí la más organizada: anteriormente había lanzado otros
ataques, pero más a modo de incursión, con el fin de hacer botín.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqSUpuLmxW12EJ17xKqIgZDuinjIjYcUaDobet4AtC7Il4936SxHcTzRLcV2XM3uGehw06jUN9FXtL8EaHYoptNsHMdG1ODtc97BF9fQJc_r_5b7w_gv5HLrK1pAJpJd3Uoq2FDcMrdkOP/s1600/por-moros-guadalete.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqSUpuLmxW12EJ17xKqIgZDuinjIjYcUaDobet4AtC7Il4936SxHcTzRLcV2XM3uGehw06jUN9FXtL8EaHYoptNsHMdG1ODtc97BF9fQJc_r_5b7w_gv5HLrK1pAJpJd3Uoq2FDcMrdkOP/s1600/por-moros-guadalete.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Al llegar en
aquella ocasión a la península, aun siendo inferiores militarmente, los
invasores se encontraron con un enemigo desorganizado, más acostumbrado a
luchar contra enemigos internos que contra amenazas externas. Los propios
límites del reino visigodo, circunscritos a la península, a excepción de una
pequeña parte de la antigua Narbonense, hicieron prestar menor atención a un
eventual ataque exterior de envergadura (el caso de la presencia bizantina en
algunas partes del territorio peninsular durante todo el período visigodo no
supuso nunca una amenaza real para la integridad del reino).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Otro punto débil
del reino era la conexión entre la casta dirigente, casi en su totalidad
visigoda, y la sociedad, mayoritariamente de tradición hispano-romana. Los dos
siglos largos de gobierno visigodo no lograron superar del todo esa dicotomía,
y el pueblo en momentos de convulsión sólo reacciona y se muestra fiel cuando
encuentra alguien con la autoridad y el prestigio suficientes para dirigirlo.
Quizás la Iglesia, que al igual que la mayoría del pueblo era de origen
hispano-romano, hubiera podido ejercer esa labor de unificación, o cuando menos
de afianzamiento de la identidad nacional, pero llevaba décadas intentándolo y
fracasando continuamente, ante la genética terquedad visigoda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Por tanto, la
mayor virtud árabe fue el saber aprovechar la ocasión sirviéndose de las
debilidades del enemigo. Cualquier otro invasor, seguramente, habría obtenido
el mismo éxito.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El reino
visigodo desaparecía en pocos meses, víctima de una nueva potencia que
permanecería demasiados siglos en España. Suele hacerse balance de aquel
período y sacar conclusiones que puedan explicar el desarrollo de la historia
posterior. Hay quienes creen encontrar en aquellos siglos la cuna de la actual
España. Otros, por el contrario, no creen que la aportación visigoda a la historia
general de España sea de envergadura. La polémica, en todo caso, está siempre
servida porque se trata más de ideología que de Historia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Conviene tener
presente, al final de esta panorámica sobre el período visigodo, dos aspectos
que son fundamentales y sobre los que el amable lector podrá reflexionar para
darles el valor adecuado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En primer lugar,
de todos los territorios conquistados por los árabes, la península ibérica fue
el único que logró desembarazarse de ellos. Costó mucho tiempo y esfuerzo, todo
el período medieval, pero quedó demostrado que el islam no pudo anular la
identidad hispano-romana y cristiana de la mayoría de la población. En segundo
lugar, pero estrechamente unido a lo anterior: la nueva nación que se fue
formando no sólo según avanzaba la Reconquista sino en cierta medida también
antes, inmediatamente después de la desaparición del imperio romano de
Occidente, nunca cambió de nombre. La Galia romana se convertiría con el tiempo
en la <i>franca</i> Francia; Hispania, por el contrario, pasó a ser directamente
España, no <i>Gotia</i>. Sea por la brevedad de su dominio, sea porque nunca lograron
una plena integración, lo cierto es que los visigodos dejaron una huella poco
profunda, que sería magnificada más tarde por la necesidad política de fijar el
origen de la nación española.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">_______________</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://historia.libertaddigital.com/el-final-del-reino-visigodo-1276240213.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://historia.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Historia</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>
<!--EndFragment-->Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-67129403710446956232012-06-11T21:41:00.001+02:002012-06-16T21:55:57.572+02:00Nuevas tecnologías y literatura cristiana antigua<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdQcTGuLSxK8HEsYkryjIg4xXNy5y2QHKqEchaYFUgE8o1G5HKn2m2uXJYBX7ZvIZBwVB62vWHnTlizV3xQ7k0_4ljHsPboXNUyZ0Wk0EHN0KDwkldQrIMNp61MDJ5g5nnPiQEm4kco6mt/s1600/ipa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdQcTGuLSxK8HEsYkryjIg4xXNy5y2QHKqEchaYFUgE8o1G5HKn2m2uXJYBX7ZvIZBwVB62vWHnTlizV3xQ7k0_4ljHsPboXNUyZ0Wk0EHN0KDwkldQrIMNp61MDJ5g5nnPiQEm4kco6mt/s1600/ipa.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Las nuevas tecnologías han puesto a disposición de todos muchas obras que hasta hace poco sólo estaban al alcance de quienes iban a bibliotecas especializadas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Os dejo una serie de recursos que pueden resultar útiles para vuestras lecturas, investigaciones o simplemente para saciar vuestra curiosidad. Hay muchos más, lógicamente, pero para un primer acercamiento creo que son suficientes por ahora.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">He revisado los enlaces hoy mismo, 11 de junio de 2012, pero ya sabéis que esto de Internet cambia con frecuencia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">1. CATÁLOGOS DE BIBLIOTECAS Y BIBLIOTECAS DIGITALES</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.cervantesvirtual.com/" target="_blank">Biblioteca virtual Miguel de Cervantes</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://search.theeuropeanlibrary.org/portal/es/index.html" target="_blank">The European Library</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://library.ucr.edu/" target="_blank">UC Riverside Libraries</a></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.oclc.org/worldcat/default.htm" target="_blank">WorldCat</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">2. BASES DE DATOS</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">2.1. Textuales</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.earlychurch.org.uk/index.html" target="_blank">An Internet Resource for Studying the Early Church</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.intratext.com/BPI/" target="_blank">Bibliotheca Patristica IntraText</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.ccel.org/" target="_blank">Christian classics ethereal library</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://preteristarchive.com/ChurchHistory/index.html" target="_blank">Early Christian Preterism</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.documentacatholicaomnia.eu/" target="_blank">Documenta catholica omnia</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.intute.ac.uk/cgi-bin/browse.pl?id=202070" target="_blank">Intute, Patristic theology</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://bsbdmgh.bsb.lrz-muenchen.de/dmgh_new" target="_blank">Monumenta Germanie Historica digital</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.newadvent.org/fathers/" target="_blank">New Advent</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://pld.chadwyck.com/" target="_blank">Patrologia Latina</a> (requiere subscripción)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.reltech.org/PG-info.html" target="_blank">Patrologia Græca</a> (requiere subscripción)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.scirus.com/" target="_blank">Scirus</a></span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://standish.stanford.edu/bin/page?forward=home" target="_blank">Medieval and Modern thought text digitization</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">2.2. Por autores</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.tertullian.org/" target="_blank">Tertuliano</a>. Contiene también obras de otros autores.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.athanasius.theologie.uni-erlangen.de/" target="_blank">Atanasio de Alejandría</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">– <a href="http://www.augustinus.it/" target="_blank">Agustín de Hipona</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Éstos y otros recursos, con una actualización relativamente constante, se pueden también encontrar en la página web de la <a href="http://biblioteca.patristicum.org/" target="_blank">Biblioteca Augustinianum</a>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">¡Buena lectura!</span></div>
</div>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-88191014651507078872012-05-28T16:46:00.002+02:002012-05-28T16:46:47.644+02:00Todos somos iguales, pero unos más que otros (o no)<h4 style="border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #2484c7; font-weight: bold; font: inherit; line-height: 24px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-shadow: rgba(255, 255, 255, 0.898438) 0px 1px 0px; vertical-align: baseline;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></h4>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivg6_I9wbueMj3NEuQ-R0omfJEpBcgLG7QlYlczgL1PeicS7uxMI1eZ9f1rvohHvHio9g1fySc_qCNe0S9aBgiHXqfLnrGMzP-99GZQC-mEXT_-IboSZdYJe0ouGNZV28tDqSTK9zqHlO8/s1600/Caritas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivg6_I9wbueMj3NEuQ-R0omfJEpBcgLG7QlYlczgL1PeicS7uxMI1eZ9f1rvohHvHio9g1fySc_qCNe0S9aBgiHXqfLnrGMzP-99GZQC-mEXT_-IboSZdYJe0ouGNZV28tDqSTK9zqHlO8/s640/Caritas.jpg" width="480" /></a></div>
<div>
<br /></div>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-28506581822094930472012-05-16T07:00:00.000+02:002012-05-16T07:00:03.412+02:00La conversión de Recaredo<!--[if gte mso 9]><xml>
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<!--StartFragment-->
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD8xdWkaMhN_YqAZLRIVVnnt_FUz1SR2w5bcaLq4ttNdGGBlSMOLkBgjydcZk2rPAspzFNRzFai9VWWfgAb4GgQyRCX-m7ymFqpoB6W10Btv6OXkveGl_lh8mQFjV7D_Beoz8oS33985xm/s1600/por-conversion-recaredo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD8xdWkaMhN_YqAZLRIVVnnt_FUz1SR2w5bcaLq4ttNdGGBlSMOLkBgjydcZk2rPAspzFNRzFai9VWWfgAb4GgQyRCX-m7ymFqpoB6W10Btv6OXkveGl_lh8mQFjV7D_Beoz8oS33985xm/s1600/por-conversion-recaredo.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i>Los monarcas visigodos tuvieron que
afrontar tres problemas principales que constituyeron desde el inicio una
amenaza para la estabilidad del reino: uno político, el carácter electivo de la
monarquía, que por lo general impedía transiciones serenas; otro social, una
minoría visigoda que regía los destinos de una mayoría hispano-romana; y un
tercero religioso, el <a href="http://historia.libertaddigital.com/el-arrianismo-1276240018.html" target="_blank">arrianismo</a> de la casta política, que chocaba con el
catolicismo mayoritario.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Los problemas de sucesión al trono nunca
se resolverían, pese a los esfuerzos hechos en alguno de los concilios de
Toledo. La cohabitación entre visigodos e hispano-romanos fue mejorando gracias
a reformas legales como la que autorizó los matrimonios mixtos, que
contribuyeron sustancialmente a la cohesión nacional. En cuanto a la cuestión
religiosa, más allá de la convicción personal de los convertidos, que no
compete a la Historia, se resolvió por decreto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El camino no fue fácil, con un sinfín de
conflictos políticos, sociales, económicos, religiosos e incluso familiares, y
una guerra más que civil –en palabras de san Isidoro– entre los miembros de la
familia real.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Recaredo había sucedido en el trono a su
padre, Leovigildo. Éste, maniobrando inteligentemente para afianzar su poder,
había no sólo triunfado en diversas campañas militares –que permitieron la
ampliación de los territorios del reino–, sino asociado al Gobierno a sus dos
hijos, Hermenegildo y el propio Recaredo. Dio origen, de este modo, a una
pequeña dinastía que, aunque no pervivió demasiado tiempo, sí contribuyó
decisivamente a modelar un nuevo perfil del Estado visigodo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Leovigildo consideró que el reino
difícilmente podía prosperar si no se actuaba directamente sobre los problemas
que afectaban a su estabilidad. Fortalecido por los éxitos de sus campañas
militares, que mantuvieron calmada a la siempre intrigante nobleza visigoda,
decidió dar un paso más hacia la unidad del reino. Tal ambición no sería
posible si no se lograba superar la división religiosa que aún existía en la
España de la segunda mitad del siglo VI. Los dos grupos religiosos más
importantes eran el catolicismo y el arrianismo. Existía también un buen número
de judíos, y el paganismo aún no se había extinguido totalmente, pero su
influencia era menor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Leovigildo ideó un plan que pasaba por
suavizar los postulados arrianos a fin de hacerlos aceptables para los
católicos. Con ese fin convocó en el año 580 un concilio de obispos arrianos en
Toledo. Los resultados no fueron los previstos, puesto que no era fácil hacer
converger hacia el arrianismo no sólo a la inmensa mayoría de la población,
sino a toda una tradición teológicamente superior y segura de su ortodoxia,
compartida, por lo demás, con el resto del orbe cristiano. El arrianismo no
dejaba de ser una rémora del pasado, superada ya dogmáticamente, y sobrevivía
únicamente gracias a que era la religión de quien ejercía el poder político.
Leovigildo no se resignó e intentó por todos los medios llevar a cabo su plan.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOGawhnucPMRPJyNXBElAaQH376seDReB4oP1NOywXsvLuoxgyzu_0WfIXjjDBRenZg9afkhLWUKJy-8aNJVfxoQSD8Dv0oLNxAHKTqjkbyvtwPQQ1-50heq6hTeH-FqrGREroX2ETyBmZ/s1600/su-recaredo-2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOGawhnucPMRPJyNXBElAaQH376seDReB4oP1NOywXsvLuoxgyzu_0WfIXjjDBRenZg9afkhLWUKJy-8aNJVfxoQSD8Dv0oLNxAHKTqjkbyvtwPQQ1-50heq6hTeH-FqrGREroX2ETyBmZ/s1600/su-recaredo-2.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Aunque es cierto que en muchas ocasiones
se empleó con violencia, no podemos afirmar que desencadenara una persecución
contra los católicos. Envió al exilio a algunos obispos y obligó a rebautizar
bajo amenazas a muchos católicos, pero nunca se trató de una persecución formal
o general al modo en que parte de la tradición historiográfica lo ha querido
presentar. No debe olvidarse que los católicos no sólo eran mayoría, sino que
controlaban grandes áreas de poder, principalmente en los terrenos económico y
cultural, y su influencia en la sociedad no era menor. Así se explica la
resistencia episcopal y de gran parte de la nobleza hispano-romana a los planes
unionistas de Leovigildo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A estas dificultades externas se unió una
interna. Leovigildo había encargado el gobierno de algunas zonas del reino a
sus dos hijos, Hermenegildo y Recaredo. Al primero le fue encomendado lo que
fuera la Bética romana. Poco después comenzaron los conflictos entre Hermenegildo
y su padre. Sagazmente, Recaredo estaría siempre de parte de Leovigildo; quería
hacer méritos ante la nobleza con vistas a la sucesión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Las fuentes contemporáneas de que
disponemos difieren a la hora de explicar los motivos y el desarrollo de esta guerra
civil y familiar. Mientras que los autores extranjeros inciden en el factor
religioso –Leovigildo no habría aceptado la conversión al catolicismo de
Hermenegildo–, los nacionales pasan por alto este aspecto y se centran en
cuestiones meramente políticas. La hagiografía sobre Hermenegildo surgiría
muchas décadas más tarde; entre otras cosas, porque pocos autores
contemporáneos habrían tenido el valor de echarle en cara al recién convertido
Recaredo las tropelías que su padre y él habían cometido contra su hermano
mártir.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Leovigildo murió sin haber logrado sus
objetivos. Le sucedió su hijo Recaredo, aunque no sin haber superado algunas
dificultades iniciales –parte de la nobleza y de su propia familia seguía
intrigando contra él–. El nuevo monarca afrontó el problema de la consolidación
del reino en modo diverso a como lo había enfocado su padre. En lugar de forzar
la conversión de los católicos, estimó que quizá fuera más sencillo convertirse
él. Lo logró, pero no sin dificultades y con grave riesgo de perder algo más
que la corona.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El arrianismo había creado una jerarquía
paralela a la católica, aunque ésta gozaba de una mejor organización. Siguiendo
la tradición tardorromana, los obispos católicos ejercían toda una serie de
funciones que iban más allá de las estrictamente pastorales. Administraban
justicia, gestionaban asuntos económicos, administrativos y de instrucción. Su
poder y sus recursos eran grandes, y Recaredo se dio cuenta de la inutilidad de
luchar contra unas instituciones tan fuertemente arraigadas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">No toda la parte arriana aceptó en bloque
la nueva política del rey. Recaredo tuvo que sofocar durante dos años algunas
rebeliones, en Mérida, Toledo y la zona narbonense. Superadas las dificultades,
podía ya presentarse ante el órgano supremo de la iglesia española para sancionar
la unidad religiosa del reino visigodo bajo la ortodoxia católica. Era el 8
mayo del año 589, en la sesión inaugural del tercer concilio de Toledo.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">_____________</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://historia.libertaddigital.com/la-conversion-de-recaredo-1276240132.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://historia.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Historia</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>
<!--EndFragment-->Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-89578568547405053022012-05-10T07:00:00.000+02:002012-05-10T07:00:07.715+02:00Roma: una historia cultural<!--[if gte mso 9]><xml>
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<!--StartFragment-->
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBOpZPKsimwoEGB7dZgbW1sFVz8C-881WiANO2f-d8DX0tBHcJxWzwboOapxeBgPCldFj_maZ1e7I_yiTZh1Qa_zsHE8FGuWvOWeXq8R34GnWpmtWiCSnklXHwMiqJkHhN_DlvPy86wu7L/s1600/suroma2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBOpZPKsimwoEGB7dZgbW1sFVz8C-881WiANO2f-d8DX0tBHcJxWzwboOapxeBgPCldFj_maZ1e7I_yiTZh1Qa_zsHE8FGuWvOWeXq8R34GnWpmtWiCSnklXHwMiqJkHhN_DlvPy86wu7L/s1600/suroma2.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i>A lo largo de su milenaria historia, Roma
ha sido desvalijada y ultrajada en numerosas ocasiones. Robert Hughes lo ha
vuelto a hacer, con este libro que rezuma resentimiento y en el que muestra una
supina ignorancia.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Roma es la excusa y el reclamo para
intentar vender una visión muy particular y sectaria de la historia, como
descubrirá enseguida hasta el lector más incauto. Siendo generosos, diremos que
el espacio dedicado a la Ciudad Eterna no va más allá de un tercio del total;
el resto es un sucederse de opiniones acerca de los temas más variopintos:
filosofía, historia, arte, política y religión –con especial ensañamiento hacia
el cristianismo y particularmente, ¡oh gran novedad!, el catolicismo–. Podrá
alegarse en defensa de este montón de páginas que el influjo de Roma va más
allá de su término municipal, y es cierto, pero ni siquiera así se
justificarían los subjetivos, extensos, hoscos y acríticos discursos sobre
temas que parecen afectar más a los complejos personales del autor que a la
propia urbe.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En los primeros capítulos Hughes disimula
muy bien su conocimiento acerca del origen, desarrollo y posterior desaparición
de ciertas instituciones del mundo clásico. Parecería, por ejemplo, que nada
pudiera sorprender al lector una vez que el capítulo titulado "El Imperio
tardío" comienza con el gobierno de Calígula, tercer emperador, bajo cuyo
mandato, seguramente, se instituyeron las bases de la desaparición del Imperio
occidental... ¡más de cuatrocientos años después! Sin embargo, no es así:
Hughes va mucho más allá y se empeña en ilustrarnos con su ignorancia sobre
temas relacionados con la política imperial, las clases sociales, la economía,
el comercio, la expansión del cristianismo y la antigua literatura cristiana.
Lo hace, además, con un lenguaje a menudo soez y ofensivo tanto para el lector,
que no se espera ciertas expresiones malsonantes e innecesarias en un ensayo
aparentemente histórico, como para la verdad, que para imponerse no necesita de
figuras supuestamente retóricas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A medida que se adentra en épocas más
recientes, Hughes deja a un lado la narración histórica y se centra en la vida
y milagros de algunos de los principales artistas que trabajaron en Roma.
Quizás sea la parte más interesante del libro, aunque sigue sin responder al
reclamo publicitario y en lugar de Historia nos presenta un largo sucederse de
batallitas. ¿Cómo se puede hablar, por ejemplo, de Miguel Ángel y la Capilla
Sixtina sin citar alguna de las últimas aportaciones de <a href="http://www.jacabook.it/ricerca/schedalibro.asp?idlibro=3167" target="_blank">Pfeiffer</a> o las
explicaciones –no exentas de polémica, aunque bien razonadas– de <a href="http://www.librosaguilar.com/es/libro/los-secretos-de-la-capilla-sixtina/" target="_blank">Blech y Doliner</a>? Lo mismo para Rafael, Bernini y tantos otros autores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_J6FI_1C3knvpI_TOCAPQ6GcIEhVDAiuLjqKyAh7TxginwE9zPtM1NWpUAfAae8zUDzePrr9VojLTdsKCQzcVJs4xWbGereHrC7OyFbPe9wqKJ9sHK-jPgUrFK81BT4qPl6QuKI-OrWLF/s1600/sup-robert-hughes-roma.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_J6FI_1C3knvpI_TOCAPQ6GcIEhVDAiuLjqKyAh7TxginwE9zPtM1NWpUAfAae8zUDzePrr9VojLTdsKCQzcVJs4xWbGereHrC7OyFbPe9wqKJ9sHK-jPgUrFK81BT4qPl6QuKI-OrWLF/s320/sup-robert-hughes-roma.jpg" width="218" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Delirante, por último, es el tratamientos
de la Roma contemporánea. Por poner sólo tres ejemplos: la toma de la ciudad en
septiembre de 1870 por parte de las tropas del nuevo reino de Italia ocupa el
espacio de... ¡una frase¡; Mussolini es presentado como un nuevo Cola di
Rienzo, héroe procedente de la clase popular que se enfrenta al poder
establecido; y la masacre de las Fosas Ardeatinas es despachada en un par de
párrafos sólo cuando se habla de la obra artística de Gattuso... Debe de ser
que la gárrula dolce vita felliniana es más interesante, y por eso Hughes se
explaya dedicando varias páginas a Via Veneto y alrededores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Para dejar claro que no se inventa nada y
que no tergiversa los datos, Hughes ofrece un número abrumador de notas al pie:
cero. Las treces páginas de bibliografía no cubren esta falta de respeto a la
investigación honesta; echamos de menos numerosas obras fundamentales, clásicas
y modernas, a autores indispensables como Santo Mazzarino, Andrea Giardina,
Peter Heather, Peter Brown, Giacomo Martina, etc. Aunque, eso sí, gracias al
traductor, que a su buen conocimiento del inglés une un tenuísimo barniz de
cultura general, descubrimos, y ésta es sólo una perla del tesoro que está
repartido por todo el libro, que Pablo de Tarso escribió una carta a los
tesalonios [sic], hecho que ignoro si alegrará o por el contrario inquietará a
exégetas y teólogos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La divulgación es un arte difícil, del
que son capaces sólo aquellos autores que dominan la materia y por tanto van a
lo esencial, sin perderse en detalles o anécdotas insignificantes o comentarios
intrascendentes, cuando no insultantes. Hughes cree conocer Roma porque estuvo
en ella cuando era joven y después volvió no sé cuántas veces. A Roma no se la
conoce sólo visitándola, ni siquiera sólo viviendo en ella, sino leyéndola en
la impronta que ha dejado en el arte, la historia, la política, la filosofía y
la religión. Si Hughes, siendo honesto, hubiera pretendido que su lector
conociera Roma, podría haber hecho dos cosas: editar una guía de esas que
utilizan sus odiados turistas –y es que, además de ignorante y maleducado, el
de los antípodas es un clasista... ¡de primera!– o pasarse media vida en un par
de buenas bibliotecas y, una vez asimilado lo leído, iniciar humildemente una
aproximación a la historia cultural –manía de poner apellidos a todo– de Roma.
Pero no, ha optado por la brocha gorda y los más burdos lugares comunes, y,
claro, por pelearse a cara de perro con el rigor intelectual.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Es una lástima que en esta ocasión el
sello que ha publicado este volumen no haya hecho honor a su nombre. En futuras
aventuras editoriales sobre la historia de grandes ciudades debería seguir el
rumbo que él mismo se fijo con el <a href="http://libros.libertaddigital.com/aqui-jerusalen-1276239715.html" target="_blank">Jerusalén</a> de Montefiore, uno de los mejores
libros del año pasado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Así pues, amables lectores, empleen el
dineral que cuesta este libro para financiar al menos un tercio de lo que
cobran la mayor parte de las aerolíneas que conectan diversos aeropuertos
españoles con el de Fiumicino. Descubran por ustedes mismos la grandeza que
tuvo y pretende mantener Roma. No se dejen engañar por la sugestiva solapa del
volumen, déjense encantar, en todo caso, por los atractivos que aún luce la
ciudad ribereña del Tíber... ¡y no permitan que se les caduque el carné de la
biblioteca!</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 24px;">ROBERT HUGHES: <a href="http://www.planetadelibros.com/roma-libro-50682.html" target="_blank"><i>ROMA, UNA HISTORIA CULTURAL</i></a>. Crítica (Barcelona), 2011, 574 páginas.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 24px;">_______________</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 24px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 24px;"><a href="http://libros.libertaddigital.com/el-ultimo-saqueo-de-la-ciudad-eterna-1276240114.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://libros.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Libros</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a>.</span></span></div>
<!--EndFragment-->Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-40064618965246789742012-05-09T07:00:00.000+02:002012-05-09T07:00:00.913+02:00El derecho visigodo<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU28Ba8JBb9McfWrY8B_q9I1v7AIiWeMLQUiLp_-668G1ngXfUR76TxFbhU-BDtcIq0_47hEJsm4ZP1bYflmrxRr8AUKzAYjWJnCCnFYoH80QywCzimB0T99m3LTcouUqdwkoNrTA4sdu2/s1600/su-codex-theodosianus-buena.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU28Ba8JBb9McfWrY8B_q9I1v7AIiWeMLQUiLp_-668G1ngXfUR76TxFbhU-BDtcIq0_47hEJsm4ZP1bYflmrxRr8AUKzAYjWJnCCnFYoH80QywCzimB0T99m3LTcouUqdwkoNrTA4sdu2/s1600/su-codex-theodosianus-buena.jpg" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i>La legislación permite conocer aspectos
importantes de la naturaleza, la vida cotidiana y las bases ideológicas de un
pueblo. El mayor o menor volumen de leyes y el grado de detalle al que
desciendan dicen mucho de una sociedad.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Desde sus orígenes, en la Galia, hasta su
descomposición, a principios del siglo VIII, el visigodo destacó frente a otros
reinos similares, nacidos de las ruinas del Imperio romano, por su interés en
dotarse de un corpus legislativo que regulara las acciones públicas, privadas,
políticas y económicas de la gente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Desde algunos frentes historiográficos,
de extracción principalmente marxista, se ha intentado presentar al Estado
visigodo como una teocracia. Se basan en el lenguaje típicamente teológico que
permea gran parte del corpus jurídico de aquel período. En efecto, encontramos
a menudo expresiones que aluden a la soberanía de Dios, a la divina clemencia,
justicia o voluntad, etc. Para desembarazarnos desde el inicio de tal
prejuicio, argumentado con bases tan poco sólidas, preguntemos a quienes
sostienen tal concepción si también los liberales de Cádiz pretendían crear una
teocracia cuando elaboraron la <a href="http://www.congreso.es/constitucion/ficheros/historicas/cons_1812.pdf" target="_blank">Constitución</a> de 1812, que comenzaba diciendo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b>En el nombre de Dios Todopoderoso, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, autor y supremo legislador de la sociedad.</b></span></blockquote>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El <i>Codex Euricianus</i> es la primera
recopilación de leyes visigodas que conocemos, aunque hay testimonios que
hablan de actos legislativos precedentes por parte de Teodorico I. De este
código se conservan únicamente dos leyes, y hay más dudas que certezas acerca
de la fecha de su composición, autoría y objetivos. Sirve, no obstante, para
constatar cómo desde los primeros momentos del reino visigodo –todavía en
territorio galo– hubo interés por dotar al nuevo Estado de un cuerpo
legislativo, aunque ciertamente aportaba pocas novedades y se conformaba con
seguir básicamente la tradición legal romana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLdDY7J6RNZI3ahTzxn68srpP1TuBbMIAhGYFSg-cRpCynqv2dAcwEucuMEQfFLJ_dww4SRZmQnDRF5qBi3ZVim3N-N3xYPOGkEkYabm1dgZdR7D911noqOgY92-IADjbUKYkmXQiDww45/s1600/por-codex-theodosianus.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLdDY7J6RNZI3ahTzxn68srpP1TuBbMIAhGYFSg-cRpCynqv2dAcwEucuMEQfFLJ_dww4SRZmQnDRF5qBi3ZVim3N-N3xYPOGkEkYabm1dgZdR7D911noqOgY92-IADjbUKYkmXQiDww45/s1600/por-codex-theodosianus.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Alarico II, en el año 506, promulgó en
Tolosa un <i>Breviarium</i>, conocido también como <i>Lex Romana Visigothorum</i>, que
consistía básicamente en una edición resumida del <i><a href="http://ancientrome.ru/ius/library/codex/theod/index.htm" target="_blank">Codex Theodosianus</a></i>
–compilación de leyes imperiales realizada en tiempos de Teodosio II que abarcaba
el período comprendido entre el año 312, reinando Constantino, y el 438, fecha
de su publicación–. La mayor parte de las leyes contenidas en este breviario
viene acompañada de una interpretación para facilitar su comprensión y
adaptarlas a las circunstancias de un reino donde la mayoría de la población no
era de origen visigodo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Décadas más tarde, durante el reinado de
Leovigildo (572-586), se produjo una nueva intervención legislativa de gran
importancia. San Isidoro de Sevilla informa acerca de la decisión del rey de
corregir<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b>aquellas cosas que habían sido
establecidas de manera inadecuada por Eurico, añadiendo gran cantidad de leyes
que habían sido omitidas y suprimiendo otras que encontraba superfluas.</b></span></blockquote>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">No se conserva nada de esta iniciativa de
Leovigildo excepto la noticia de Isidoro; no obstante, lo más probable es que,
de haberse llevado a cabo tal proyecto, terminara integrado en la siguiente
gran compilación, realizada en tiempos de Recesvinto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Gran parte de la labor legislativa quedó
incluida, pues, en el que sería el código por excelencia del período visigodo,
y que incluso sobreviviría al reino, el <i>Liber Iudiciorum</i>. Fue promulgado por
Recesvinto en el año 654 y sustituyó a las anteriores compilaciones. Su
estructura es similar a otros textos legales contemporáneos, como el <i>Código de
Justiniano</i>, y recoge gran parte de la reglamentación promulgada en reinados
anteriores. Partiendo de los conceptos de ley y legislador, va descendiendo a
cada uno de los aspectos que configuran la vida social y privada. Su
importancia fue tal, que vertebró la elaboración de otros textos legales tanto
de carácter civil como religioso durante toda la Edad Media, y no sólo en
España. El texto original de Recesvinto se fue actualizando con la adición de
nuevas leyes hasta la desaparición del reino, a partir del año 711.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El corpus legal se alinea básicamente con
la tradición jurídica romana, que los visigodos, por cierto, habían prometido
respetar en tiempos remotos, durante sus primeros contactos con el Imperio, en
el siglo IV. No fue, ciertamente, aquella promesa de acatamiento, cumplida y
traicionada reiteradamente siglos atrás, lo que les llevó a mantener tal
dirección, sino la constante romanización a la que se vieron sometidos desde el
principio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Muy ligada a la cuestión legislativa se
encuentra la relacionada con la composición social del reino visigodo. Hay que
recordar que el <i>invasor bárbaro</i> fue numéricamente muy inferior a la población
nativa, de origen y cultura romanos. El tema más debatido por la historiografía
contemporánea es si la ley visigoda se basaba en la personalidad, es decir, si
se aplicaba según la etnia de cada individuo, o por el contrario se guiaba por
un criterio de territorialidad, esto es, si era aplicable a todos los
ciudadanos que poblaban el reino. Hay posturas para todos los gustos, y ninguna
convence absolutamente. La tesis más extendida sostiene que el primer código
realmente territorial fue el promulgado por Recesvinto, y que los anteriores se
asemejaron a la legislación franca, fuertemente divisiva. Lo más razonable,
conociendo la poderosa impronta romana en el derecho visigodo, sea considerar
que la aplicación de las leyes fuera en todo momento territorial, igual que en
el Imperio. Sea como fuere, esta polémica provoca inmediatamente dudas sobre el
valor real de la codificación jurídica de este periodo: ¿tuvo una aplicación
práctica o fue simplemente un símbolo más de la autoridad visigoda? También
aquí existen posturas enfrentadas: por una parte están quienes sostienen que su
finalidad fue meramente simbólica y que sirvió únicamente para reforzar el
poder de la monarquía visigoda; por otra quienes, probablemente más acertados,
afirman que realmente tuvo una repercusión práctica, alegando para ello no sólo
las continuas enmiendas legales sino la abrogación de normas que no respondían
ya a cuestiones reales y sobre todo el testimonio que presentan las actas de
procesos que han llegado hasta la actualidad.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">__________________</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://historia.libertaddigital.com/el-derecho-visigodo-1276240109.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://historia.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Historia</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>
<!--EndFragment-->Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-12672567511652657072012-04-07T07:00:00.000+02:002012-04-07T07:00:00.380+02:00Pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdeiDEOZBKfSeVZzmRIOzLQaJwqLSHtHauLZYHoePqD33wq5NXWEF8GD_XoNIJDVyTN4BEtta1JqX90PiQ3fb3j9_loLWYEczURHRv3uK8Z4W4Jom-4NdMKyiHo_UFVXPFxFQ0410KDjnL/s1600/Noli-me-Tangere.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdeiDEOZBKfSeVZzmRIOzLQaJwqLSHtHauLZYHoePqD33wq5NXWEF8GD_XoNIJDVyTN4BEtta1JqX90PiQ3fb3j9_loLWYEczURHRv3uK8Z4W4Jom-4NdMKyiHo_UFVXPFxFQ0410KDjnL/s320/Noli-me-Tangere.jpg" width="246" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i>Las noticias que nos ofrecen los
Evangelios acerca de los últimos acontecimientos de la vida de Jesús distan
mucho de ser una crónica histórica. La finalidad de los autores sagrados no fue
transcribir unas actas, sino transmitir fielmente el contenido del mensaje de
su Maestro.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El Concilio Vaticano II, en la
constitución dogmática sobre la divina revelación, <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651118_dei-verbum_sp.html">Dei
Verbum</a></i>, lo explica con claridad: "Hay que confesar que los libros
de la Escritura enseñan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que
Dios quiso consignar en las sagradas letras para nuestra salvación" (n.
11). Las tres últimas palabras nos dan la clave; no podremos pretender buscar
en la Escritura otro tipo de verdad, ya sea histórica o científica, que supere
esos límites, los que afectan a nuestra salvación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">De esto no se deduce que no podamos
indagar en ella para averiguar qué es lo realmente sucedió en tal o cual
momento de la vida de Jesús; al contrario, deberemos estudiar con atención el
texto, el vocabulario, el género literario empleado, el marco histórico del
propio texto y del hecho a que se refiera, pero no para intentar demostrar
científicamente nada, sino para saber lo que realmente Dios ha querido revelar
a quienes creen en Él. Dicho lo cual, se debe subrayar que la Escritura no
carece de una base histórica; al contrario: es en la misma Historia en la que
se desarrolla el diálogo entre Dios y los hombres.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Estos días de la Semana Santa pueden
considerarse desde dos puntos de vista, cuando menos. Para recordar una serie
de acontecimientos históricos: la pasión, muerte y resurrección de Jesús de
Nazaret, o –si se es cristiano– para actualizar las bases de la fe. Como quiera
que sea, un acercamiento serio al origen de estas celebraciones suscita una
serie de interrogantes que es necesario afrontar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Comenzando por el final –que en este caso
constituye la base de todo lo demás–, alguien podrá objetar, con razón, que la
Resurrección no es un acontecimiento histórico sino un concepto religioso o
teológico. Si consideramos que histórico es todo aquello que acontece dentro de
las categorías limitadas del tiempo y el espacio, efectivamente la
Resurrección, aunque real para quien crea en ella, no debe ser objeto de
estudio por parte de la Historia, puesto que la supera; sin embargo, si
consideramos los efectos que tal creencia ha producido en la vida de tantos
millones de personas a lo largo del tiempo, quizás sí merezca la pena detenerse
a pensar sobre la forma en que esta categoría religiosa ha transformado
radicalmente la Historia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhANv0tC2ZYudoZqsdo_EwN_b4v_o34GDRxETZikkiWr2nGGkenkN-_eYFvS4Qoj1QXQIVvK9rQnCF3J0vzpEDL-MKMAeOlQON7ppye9O_xANA2LZ6mwLC4DAYnYnpx8ktkJbMJWMFVCPAi/s1600/E+-+Imagineria+XCIV.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhANv0tC2ZYudoZqsdo_EwN_b4v_o34GDRxETZikkiWr2nGGkenkN-_eYFvS4Qoj1QXQIVvK9rQnCF3J0vzpEDL-MKMAeOlQON7ppye9O_xANA2LZ6mwLC4DAYnYnpx8ktkJbMJWMFVCPAi/s320/E+-+Imagineria+XCIV.jpg" width="201" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Por lo que respecta a la pasión y muerte
de Jesús, no deberían suscitarse dudas acerca de su historicidad –Jesús no fue
el primer profeta perseguido, y no sería el último–. El problema estaría más
bien en cómo interpretar las fuentes. Así, por ejemplo, si nos detenemos a
estudiar los motivos que condujeron a la detención y condena de Jesús, nos
encontraremos con relatos y explicaciones diferentes en cada uno de los cuatro
evangelistas. ¿Quiere decir esto que debemos desechar los textos sagrados como
fuente principal de información? Absolutamente, no. La información que nos
ofrece el Nuevo Testamento refleja el contenido de las creencias de las
primeras comunidades cristianas. El objetivo de sus autores era proclamar la fe
en Cristo, transmitir lo que habían recibido de quienes habían vivido junto a
Jesús. El primer anuncio del Evangelio (buena noticia) no consistió en una
semblanza de la vida y hechos de Cristo, sino en algo mucho más conciso pero
más importante para la vida de los primeros cristianos: el contenido esencial
de la fe que profesaban. Encontramos por primera vez esa antiquísima y concisa
fórmula de la historia de la pasión, muerte y resurrección de Jesús en la
primera carta de San Pablo a los corintios (15, 3-5):<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-left: 35.4pt; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Que Cristo murió por nuestros
pecados según las Escrituras; que fue sepultado y resucitó al tercer día según
las Escrituras; que se apareció a Pedro y luego a los doce.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A los cristianos les interesó, desde el
principio, resaltar el verdadero objetivo de la misión de Jesús de Nazaret: la
salvación de los hombres. Salvación como sinónimo de liberación. Solamente
quien vive alejado del pecado, concepto que va más allá de la transgresión de
una serie de principios morales, es verdaderamente libre, pues retorna a la
plenitud de su humanidad, creada a imagen y semejanza de Dios. Salvación que,
según la Escritura, se logra a través de la muerte y resurrección de Cristo y
es universal y gratuita. Don de un Dios que se hizo hombre para mostrar a los
hombres el camino de retorno a Dios, el proceso de divinización que conduce a la
libertad y plenitud genuinas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La Escritura no presta demasiada atención
a los datos cronológicos o judiciales. No debemos olvidar que los Evangelios se
escriben pocas décadas después de la muerte de Jesús –la mayor parte de los
estudiosos considera que el más antiguo, el de Marcos, fue compuesto alrededor
del año 70–. El recuerdo de Cristo es todavía reciente y, por tanto, en unos
escritos que reflejan una predicación oral previa, no se ve necesario descender
a detalles que ciertamente podrían haber satisfecho la curiosidad de algunos,
pero que no habrían transmitido la fuerza genuina que encerraba la verdadera
misión de Cristo. Es interesante ver cómo las primeras comunidades cristianas
rechazan numerosos escritos ricos en detalles sobre la vida de Jesús –los
denominados apócrifos, entre los que hay no sólo evangelios, también hechos de
los apóstoles, epístolas y apocalipsis–, no porque falseen la realidad, sino
porque tergiversan el contenido esencial de Su mensaje.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El primer relato de la pasión, muerte y
resurrección de Cristo nos lo ofrece Marcos, que a su vez constituye la base de
las narraciones de Mateo y Lucas; Juan pertenece a otra tradición y sigue su
propio itinerario, alternativo e independiente, sin que por ello transforme el
contenido de fe, que comparte con el resto de los autores; San Pablo, como
señalamos anteriormente, que escribe su primera epístola a la iglesia de
Corinto con anterioridad a todos ellos, entre los años 54-57, se limita a
presentar el núcleo de la predicación sin desarrollar la trama de los hechos.
Pero, volviendo a Marcos, los hechos se habrían desarrollado según la siguiente
cronología.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La entrada en Jerusalén se produjo el
primer día de la semana. El cálculo viene proporcionado por las noticias que se
ofrecen en Mc 11, 12 y 11, 20 acerca del episodio de la maldición de la higuera
y de las disputas de Jesús con algunos fariseos y saduceos sobre diversas
cuestiones, que sucedieron el lunes y el martes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El miércoles, dos días antes de la fiesta
de Pascua y de los panes ázimos, las autoridades judías, según Mc 14, 1,
decidieron quitarse de en medio a Jesús. Ese mismo día se produce la unción en
Betania (Mc 14, 3-9 y paralelos; Jn 12, 1-8).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOYk-jJAcgFZZc2onBZcL8Z_rBQyoyGGrO__WKQ6uJ6ht0Sl69nGEzhomUS8hZhMcdO2rKMZyCtHSWUqtJF_WA_mnSEQoPlSeOB5XPPsiyPRFN4rMjIW3kj8UZkdR3b-pQUoAt5ux0X3_e/s1600/por-cristo-cruz.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOYk-jJAcgFZZc2onBZcL8Z_rBQyoyGGrO__WKQ6uJ6ht0Sl69nGEzhomUS8hZhMcdO2rKMZyCtHSWUqtJF_WA_mnSEQoPlSeOB5XPPsiyPRFN4rMjIW3kj8UZkdR3b-pQUoAt5ux0X3_e/s1600/por-cristo-cruz.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La Crucifixión tuvo lugar un viernes,
pues el día después de la muerte de Jesús fue sábado (Mc 15, 42 y paralelos; Jn
19, 31). La tarde anterior, es decir, entre el jueves y el viernes –recuérdese
que el día hebreo comienza tras la puesta del sol– se celebró la Última Cena,
tras la cual Jesús se trasladó a orar al huerto de los olivos. Allí fue
arrestado y conducido posteriormente ante el Sanedrín, que al amanecer lo
entregaría a la autoridad romana que formalmente lo condenó a muerte.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Vista así, la narración se presenta más o
menos ordenada y coherente. Sin embargo una lectura atenta de los textos de la
Pasión presenta al lector más dudas que soluciones en lo relativo a la
historicidad. De ahí la importancia de saber leer la Escritura. Para evitar
interpretaciones erróneas o juicios temerarios es necesario conocer, entre
otras cosas, el ambiente en que se escribió el Nuevo Testamento, el judaísmo
anterior y posterior a la caída de Jerusalén del año 70, las tensiones entre la
iglesia naciente y la sinagoga, la legislación romana y su particular
aplicación en las diferentes partes del Imperio, el uso que del Antiguo
Testamento hacían tanto judíos como cristianos y un largo etcétera, que se
atañe a la filología, la historia, la filosofía, la arqueología, etc.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La actualización de la Pasión, por tanto,
trasciende lo meramente histórico, aun sin obviarlo, y se centra en el
acontecimiento unitario y salvífico sobre el cual se fundamenta la fe
cristiana: la muerte y resurrección de Cristo.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">____________</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://historia.libertaddigital.com/pasion-muerte-y-resurreccion-de-jesus-de-nazaret-1276240012.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://historia.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Historia</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-21595495786939297152012-04-05T13:50:00.000+02:002012-04-05T19:10:45.037+02:00A Diogneto<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDihpe-XJK029ysh5eA4bk9q4XUP1p6GEe020H_P7ABmLYx6KM1j2A0uv88TByo22yq6cPvKdftDR2Z3UP5dWp3ae3JsC0aZ4MaOBmk348BkIzWi7zNh1xfHoQit-R9cTrffG5kSFp6bWF/s1600/Kinneret(7)Ancient+mosaic+of+Loaves+and+Fishes+in+Tabha.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDihpe-XJK029ysh5eA4bk9q4XUP1p6GEe020H_P7ABmLYx6KM1j2A0uv88TByo22yq6cPvKdftDR2Z3UP5dWp3ae3JsC0aZ4MaOBmk348BkIzWi7zNh1xfHoQit-R9cTrffG5kSFp6bWF/s320/Kinneret(7)Ancient+mosaic+of+Loaves+and+Fishes+in+Tabha.jpg" width="320" /></span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El año pasado me pidieron una colaboración en Radio Vaticana sobre la cuestión vocacional. Se trataba de presentar el escrito <a href="http://escrituras.tripod.com/Textos/Diogneto.htm" target="_blank">"A Diogneto"</a>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">(El texto está en italiano, pero ya sabéis no es más que un español mal hablado)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">_______________________________</span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Orizzonti cristiani<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Radioquaresima 2011<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">“Che cosa vuoi da me?”<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Alla scoperta della chiamata che cambia la vita<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">II. Tradizione e magistero.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">14. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A Diogneto</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Il breve scritto che prendiamo in considerazione costituisce una delle
opere più interessanti e belle della letteratura cristiana antica. Considerata
tradizionalmente parte del corpus dei Padri Apostolici, negli ultimi decenni si
preferisce inquadrarla nel gruppo degli scritti apologetici in lingua greca.
Niente si sa con certezza sull’autore, la data e il luogo di composizione. Le
ipotesi sono tante, ma nessuna è abbastanza convincente. Esiste una maggiore
unanimità riguardo al genere letterario. Spesso considerata una lettera o
epistola, si tratta in realtà di un’apologia o meglio uno scritto protrettico o
esortazione. Infine ricordiamo che l’opera è stata tramandata da un solo
manoscritto il che spiega che abbia avuto una fortuna scarsa nella tradizione cristiana
fino alla scoperta del testo nella metà del Quattrocento<span class="MsoFootnoteReference">[1]</span>.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La struttura dell’<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A Diogneto</i> è
abbastanza semplice. Nell’introduzione presenta i temi sui quali si tratterrà
posteriormente. L’intenzione dell’autore è rispondere alle domande di Diogneto,
un pagano che vuole conoscere meglio la religione dei cristiani: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">in quale Dio confidino e quale culto gli
rendano, per essere portati tutti indistintamente a disdegnare il mondo, a
disprezzare la morte e a non far conto, da una parte, degli dèi riconosciuti
dai greci, né, dall’altra, osservare la superstizione dei giudei. Ancora ti
chiedi di qual genere sia l’amore che hanno gli uni per gli altri, e perché mai
questa nuova stirpe o pratica di vita abbia preso a esistere ora e non prima</i>”
(I, 1).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La critica al paganesimo occupa il secondo capitolo. Critica che nasce
dalla necessità di superare le antiche superstizioni in modo di diventare un
uomo nuovo. Il tema della nuova nascita ricorre diverse volte nello scritto
(cf. XI, 2; XI, 4; XII, particolarmente XI, 4.6.). È un invito alla
conversione, al cambiamento radicale di modo di vita: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Su, dunque, purificati da tutti i pregiudizi che t’imprigionano lo
spirito, spogliati dell’abitudine acquisita che trae a inganno, diventa un uomo
nuovo, quasi appena nato, così come nuovo (tu stesso l’hai riconosciuto) è il
linguaggio che ti appresti ad ascoltare, e osserva –non solo con gli occhi ma
anche con l’intelligenza–
quale sia la sostanza o quale la forma di quelli che continuate a
chiamare e a ritenere dèi</i>” (II, 1). Per quanto riguarda il giudaismo,
capitoli III e IV, la critica è indirizzata al culto reso al unico vero Dio.
Culto simile a quello pagano che diventa alla fine superstizione.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Dal capitolo quinto inizia il vero discorso sul modo di essere e di vivere
dei cristiani. Lo stile impiegato fa di questo capitolo uno dei testi più belli
della letteratura patristica. Le descrizioni sono semplici, chiare, senza la
necessità di ulteriori spiegazioni, l’impiego delle contrapposizioni dona al
testo un ritmo e una bellezza straordinari. Presenta i cristiani come persone
assolutamente normali, integrate nella società ma radicalmente diverse dal
resto dei cittadini: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Abitano ciascuno la
sua patria, ma come stranieri residenti; a tutto partecipano attivamente come
cittadini, e a tutto assistono passivamente come stranieri; ogni terra
straniera è per loro patria, e ogni patria terra straniera. Si sposano come
tutti e generano figli, ma non abbandonano la loro prole. Mettono in comune la
mensa, ma non il letto. Si trovano nella carne, ma non vivono secondo la carne.
Passano la vita sulla terra, ma sono cittadini del cielo. Obbediscono alle
leggi stabilite, eppure con la loro vita superano le leggi</i>” (V, 5-10). L’autore,
come vediamo, presenta tutto un modello di vita cristiano che rispecchia le
parole di Gesù nel vangelo di Giovanni, “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Se
foste del mondo, il mondo amerebbe ciò che è suo, poiché invece non siete del
mondo, ma io vi ho scelti dal mondo, per questo il mondo vi odia</i>” (Gv 15,
18). Infatti subito dopo l’autore dell’<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A
Diogneto</i> presenta le difficoltà che trovano i cristiani in questo mondo: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Amano tutti, eppure da tutti sono
perseguitati. Non sono conosciuti, eppure sono condannati; sono messi a morte,
eppure ricevono la vita. Sono poveri, eppure rendono ricchi molti; sono privi
di tutto, eppure abbondano in tutto. Sono disprezzati, eppure nel disprezzo
sono glorificati; sono calunniati, eppure sono giustificati. Insultati,
obbediscono; offesi, rendono onore. Fanno il bene, e sono castigati come
malfattori; castigati, si rallegrano come se ricevessero la vita. Dai giudei
sono combattuti come stranieri, e dai greci sono perseguitati; e quanti li
odiano non sanno dire la ragione della loro ostilità</i>” (V, 11-17). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A continuazione si ferma sullo stesso argomento ma presentando un
parallelismo molto eloquente: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">ciò che
l’anima è nel corpo, i cristiani lo sono nel mondo</i>” (VI, 1). Nasce quindi
un discorso sul modo di comportarsi dei cristiani nella società; ne fanno
parte, ma in modo diverso al resto dei cittadini. È importante notare a questo
punto che il soggetto del discorso sono i cristiani come individui e
collettività e non il cristianesimo come dottrina. L’autore, senz’altro, vuole
mostrare che il cristianesimo e soprattutto uno stile di vita. C’è anche,
ovviamente, una parte dottrinale, sulla quale si fermerà subito dopo, ma
certamente non è quella che interessa di più a uno che, come Diogneto, vuole
conoscere e convertirsi al cristianesimo. Il Vaticano II (LG 38) cita il nostro
testo quando parla dei fedeli laici e il loro modo di agire nel mondo<span class="MsoFootnoteReference">[2]</span>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Nel capitolo successivo ci rivela il vero contenuto della nuova religione:
non è un’invenzione terrena, né un’idea mortale, né un’amministrazione di
misteri umani, ma lo stesso Dio che si è fatto uomo (cf. VII, 1)<span class="MsoFootnoteReference">[3]</span>.
Qui trovano i cristiani la loro forza, non in una mera dottrina, ma nella
presenza di Dio nella loro vita, un Dio che scende per avvicinare gli uomini a
lui e offrire loro la salvezza. La missione di Gesù Cristo è chiara, il Padre “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">l’ha inviato per chiamare, non per accusare;
l’ha inviato per amare, non per giudicare</i>” (VII, 5).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Critica infine, nel capitolo ottavo, l’insufficienza della filosofia
pagana, propria di ciarlatani che non sono riusciti a sgranare il mistero di
Dio, accessibile solo per mezzo della fede. Dono, la fede, nel quale l’elemento
intellettuale si lega a quello etico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Risponde quindi a una delle domande enunciate nell’introduzione, perché il
cristianesimo si è manifestato nel mondo in questo momento e non prima.
L’apparente ritardo dell’intervento di Dio nella storia, tema collegato
intimamente a quello escatologico, non è altro che una dimostrazione della sua
bontà e del suo rispetto per gli uomini. Quando l’uomo ha conosciuto la sua
incapacità a conseguire il bene e la vita (cf. IX, 6), Dio ha mandato il
proprio Figlio per la sua salvezza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="IT" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">I due ultimi capitoli, infine, mostrano da una parte l’itinerario che deve
seguire ogni persona che desidera questa fede: conoscenza, amore e imitazione
di Dio (cf. X); dall’altra, la missione del cristiano che deve trasmettere
quello che ha ricevuto e metterlo a disposizione di quelli che vogliono
diventare discepoli della verità per ottenere la salvezza (cf. XI).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br clear="all" /></span><br />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span class="MsoFootnoteReference">[1]</span>
<span lang="IT">Per un approfondimento maggiore, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A Diognète</i>, introduction, édition
critique, traduction et commentaire de Henri Irénée Marrou, Paris, 1951; <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A Diogneto</i>, introduzione, traduzione e
note di Enrico Norelli. Milano, 1991. <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span class="MsoFootnoteReference">[2]</span>
Analoga citazione la si trova nel decreto Ad Gentes (AG 15), anche se il testo
usato non è fedele all’originale (cf. Norelli, p. 13, n. 5).</span></div>
</div>
<div id="ftn" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span class="MsoFootnoteReference">[3]</span>
Pure qui il Vaticano II cita l’<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A Diogneto</i>
nella Costituzione dogmatica sulla divina Rivelazione (DV 4), in un contesto
più teologico.</span></div>
</div>
</div>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-86957916274498109342012-04-04T07:00:00.000+02:002012-04-04T07:00:07.612+02:00El arrianismo<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvJ9U6Ir80lWsD7JrfPjZA34xVWAsXealmpXlSN31uqRJNDPavdqTxWyWcaGTnNCdGuNrqFnMvWWQ7IwSI8yZW9kgQWJtlFgiUteknzmC6alo7glNf39o7o1GEigaC7k6GstS-PwZKGO7g/s1600/su-arrio.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvJ9U6Ir80lWsD7JrfPjZA34xVWAsXealmpXlSN31uqRJNDPavdqTxWyWcaGTnNCdGuNrqFnMvWWQ7IwSI8yZW9kgQWJtlFgiUteknzmC6alo7glNf39o7o1GEigaC7k6GstS-PwZKGO7g/s1600/su-arrio.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Los
pueblos bárbaros que entraron en la península ibérica a partir de los primeros
años del siglo V no sólo contribuyeron a la forja de una nueva forma de
organización política, con la creación de nuevos Estados, sino que desagarraron
la unidad religiosa de la que hasta entonces había gozado el territorio. El
arrianismo de suevos, vándalos, alanos y visigodos se vino a enfrentar a la
ortodoxia católica predominante entre los hispano-romanos.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La unidad de la Iglesia, en lo doctrinal
como en lo organizativo, ha sido desde los inicios del cristianismo más un
deseo que una realidad. No se ha logrado aún satisfacer aquella petición que
Cristo dirige al Padre en el Evangelio de San Juan: "Que todos sean
uno" (Jn 17, 21). Cristo se refería explícitamente a la unión entre Dios y
sus hijos e implícitamente, como recoge la tradición de las diferentes
comunidades cristianas, a la unión de esos hijos entre sí. Si los autores
sagrados hacen hincapié en la cuestión de la unidad, como vemos reflejado de
una manera u otra en todos los libros del Nuevo Testamento, es porque ya en las
primeras comunidades cristianas surgieron diferencias de mayor o menor calado.
Esta tradición polémica y divisiva no es, por tanto, un fenómeno de épocas
recientes -reforma protestante–, tampoco del Medievo –cisma de Oriente–.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Las controversias doctrinales no surgen
espontáneamente; se deben, por lo general, a una serie de factores que, unidos,
acaban por desatar crisis que afectan en mayor o menor medida al dogma y a la
convivencia eclesial. Suele haber un sustrato filosófico que ofrece las
categorías metodológicas y de pensamiento necesarias para la elaboración de
nuevas doctrinas. Por lo demás, el contexto histórico, político, social suele
ejercer una gran influencia, y su análisis nos permite comprender que en la
mayoría de los casos las disputas son no sólo intelectuales sino políticas.
Igualmente, es norma que surja un personaje que se erija como líder y como
centro de la discusión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Así ocurrió también con la crisis
desatada por el arrianismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Alrededor del año 320, un sacerdote de
Alejandría llamado Arrio comenzó a difundir una serie de ideas sobre Cristo que
suscitaron fuerte polémica. Seguro de su doctrina u obcecado en su error, según
se mire, no se retractó siquiera cuando fue acusado ante su obispo, Alejandro.
Se le inició un proceso, se le condenó y se le apartó del ministerio. Encontró,
no obstante, apoyo entre algunos obispos orientales, de manera que la polémica
no sólo no se apagó sino que cobró fuerza y acabó desbordando los límites de la
iglesia alejandrina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Arrio afrontó, como muchos otros teólogos
de su época, uno de los temas fundamentales del cristianismo: quién es
realmente Jesucristo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Para lograr una respuesta satisfactoria
no cabe otra posibilidad que la de servirse de los datos que ofrece la Sagrada
Escritura y de las categorías filosóficas que permiten el desarrollo de un
discurso coherente y ordenado. Los primeros siglos del cristianismo
coincidieron con el auge de la filosofía neoplatónica, uno de cuyos máximos
representantes fue Plotino. Esta filosofía permitía explicar el misterio de la
Trinidad de una manera sorprendentemente fácil, aunque no exenta de problemas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Basándose en el esquema de Plotino sobre
las hipóstasis (el Uno, el Intelecto y el Alma), Arrio consideró que esas
mismas hipóstasis, o realidades individuales subsistentes, se podían aplicar
respectivamente al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. El problema surge cuando
vemos que las hipóstasis a las que se refieren los neoplatónicos se distinguen
entre sí, participan de una misma naturaleza pero mantienen relaciones de
subordinación. En fin, vayamos a la conclusión: el Hijo y el Espíritu Santo no
son sino emanaciones o productos del Padre que no pueden ser comparados con Él
y que carecen de Su naturaleza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Dicho así, el discurso es lógico y
coherente, pero encierra un peligro grave que vacía de contenido la propia
encarnación de Cristo y por tanto su misión redentora.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Por lo que se refiere al dato de la
Escritura, Arrio ve confirmado su esquema en el pasaje del libro de los
Proverbios (8, 22) que se refiere a la Sabiduría: "El Señor me creó al
principio de sus tareas, antes de sus obras más antiguas". Cristo,
considerado como la Sabiduría de la que habla el Antiguo Testamento, es una
criatura de Dios, la primera de todas pero criatura al fin y al cabo, que
serviría como intermediario entre Dios y el resto de la creación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAlHxqesvGY5D2oh-R_COceYmpPb2zahDDDKw9t4YbWNrvgExDoA6makay3UF6VhOgAOpiOzTDFAA9J6FmlilpJXpLH0MLYEAdleNYOlkW34BI6C7DFAZ6aUgH8lQjHTxfGWMRdmqaxzI7/s1600/por-crucifijo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAlHxqesvGY5D2oh-R_COceYmpPb2zahDDDKw9t4YbWNrvgExDoA6makay3UF6VhOgAOpiOzTDFAA9J6FmlilpJXpLH0MLYEAdleNYOlkW34BI6C7DFAZ6aUgH8lQjHTxfGWMRdmqaxzI7/s1600/por-crucifijo.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Un análisis detenido de estas bases
argumentales nos lleva a resumir de esta manera las posiciones defendidas por
Arrio: hubo un tiempo en que el Hijo no existió, por tanto Dios fue siempre
Dios pero no siempre fue Padre; el Hijo no pertenece a la esencia del Padre
sino que es creado y producido; el Hijo es Dios por participación y no por
esencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La polémica no tardó en convertirse en
motivo de disputas entre diferentes sedes episcopales, justo cuando el
cristianismo había conseguido finalmente dejar de ser perseguido. El emperador
Constantino decidió actuar para poner fin a las disputas teológicas, no porque
estuviera especialmente interesado en la materia, ya que de teología sabía bien
poco, sino porque podrían suponer a la larga un motivo de desestabilización
social. Con razón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Se convocó, por tanto, un sínodo
episcopal para aclarar los términos de la disputa, el llamado Concilio de
Nicea, en el año 325. Allí se definió que el Hijo fue engendrado por el Padre,
que procede de la esencia de Éste y que por tanto es Dios como Él. Y se empleó
un término que en un primer momento apaciguó los ánimos pero que sería motivo
de posteriores disputas: homooúsios (de la misma esencia-sustancia-naturaleza).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Llegados a este punto, alguien podría
preguntarse en qué manera afectaban estas afirmaciones a la doctrina y por qué
se desató semejante polémica. La respuesta viene en clave redentora, eje
fundamental de la teología cristiana: la salvación se produce a través de
Cristo, y son la consustancialidad con el Padre y Su participación en nuestra
humanidad lo que fundamenta Su potencia redentora. Si Cristo no fuera
plenamente hombre y plenamente Dios, no podría llevar a cabo la salvación,
puesto que sólo se salva lo que se asume (la humanidad) y sólo puede salvar
quien tenga potestad para ello (la divinidad).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El arrianismo no se extinguió tras el
Concilio de Nicea. Éste fue solamente un paso en el largo camino de explicación
del dogma cristológico y trinitario. Los partidarios de Arrio no aceptaron por
completo las determinaciones conciliares y siguieron defendiendo sus postulados,
acentuando más o menos alguno de sus puntos más controvertidos. La partición
del Imperio en dos a la muerte de Constantino, pensada en un primer momento
como instrumento para una mejor gobernabilidad, no ayudó a crear el clima
necesario para la unión política, cultural y religiosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Las tesis arrianas se difundieron de modo
especial en la parte oriental del Imperio. Fue allí donde los pueblos bárbaros
tomaron el primer contacto con el cristianismo, a través de misioneros
bizantinos arrianos. La posterior migración bárbara hacia el oeste haría
subsistir una herejía eminentemente oriental en los nuevos reinos constituidos
tras la caída del Imperio occidental. Sólo más tarde, una vez asentados
definitivamente en tierras que eran de tradición católica, abandonarían sus
creencias heterodoxas.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">_____________</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://historia.libertaddigital.com/el-arrianismo-1276240018.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://historia.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Historia</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>
<!--EndFragment-->Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-88914730544485972152012-03-28T07:00:00.000+02:002012-03-28T07:00:00.878+02:00España: la llegada de los visigodos<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgo9uqixwB5U5YkwevXgbyqlirFyqNmp2gsHbUMKX220BpO4EnBq67YM5qD0g68O7X1tlye8-LSDtzBhFZzjrdZj8aFmU0lyAcYe_y1Xj6vTJ9WbKhyphenhyphennyXAYxcF9oAHE16H7G9I1-Zskkmh/s1600/250px-Reino_de_los_visigodos.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgo9uqixwB5U5YkwevXgbyqlirFyqNmp2gsHbUMKX220BpO4EnBq67YM5qD0g68O7X1tlye8-LSDtzBhFZzjrdZj8aFmU0lyAcYe_y1Xj6vTJ9WbKhyphenhyphennyXAYxcF9oAHE16H7G9I1-Zskkmh/s1600/250px-Reino_de_los_visigodos.png" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i>La presencia del Imperio romano en
Hispania quedó muy mermada tras las usurpaciones y guerras civiles que se
desarrollaron en la primera década del siglo V. En el año 411, tres de los
pueblos bárbaros que penetraron en la península para colaborar con alguna de
las partes en conflicto se repartieron la práctica totalidad del territorio.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Las fuentes que han llegado hasta
nosotros hablan de una distribución por sorteo. La historiografía moderna no
logra ponerse de acuerdo sobre el papel desempeñado en tal reparto por la
maltrecha autoridad romana, ilegítima por más señas en aquel momento. Los
autores contemporáneos tanto nativos como extranjeros –principalmente Orosio,
Hidacio, Olimpiodoro y Sozomeno– aportan noticias contradictorias. Lo cierto es
que la <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Hispania_418_AD.PNG" target="_blank">repartición</a> respetó la organización territorial en que estaba dividida
la diocesis Hispaniarum: los vándalos asdingos se quedaron con la Gallaecia
occidental; los suevos, con la parte oriental de la misma, la correspondiente a
la zona atlántica; la Bética fue a parar a manos de los vándalos silingos y los
alanos, por su parte, obtuvieron las provincias Cartaginense y Lusitana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La suerte que corrió cada uno de estos
pueblos fue desigual; los únicos que perduraron fueron los suevos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La colaboración visigoda en la
restauración de la autoridad romana legítima en Hispania no se vio traducida en
posesiones territoriales. Ello se debió, seguramente, a los estrechos vínculos
políticos, militares e incluso familiares entre el Imperio legítimo y los
visigodos. Las fuentes de la época nos informan de la intención de los
visigodos de crear un Estado propio que con el tiempo pudiera ocupar el lugar
de Roma. No obstante, parece que la situación en la segunda década del siglo V
no era la más adecuada para aventurarse en una empresa de tal calibre. Tras la
muerte de Alarico en el sur de Italia, su sucesor Ataúlfo, sin renunciar al
proyecto de crear un reino autónomo, decidió que la mejor manera de obtener
beneficios para su pueblo era colaborar con el Imperio. Se casó con Gala
Placidia, hermana del emperador Honorio y parte del botín obtenido en el saqueo
de Roma del año 410, y por lo que parece comenzó a negociar con el Imperio el
puesto que dentro de él iban a ocupar los visigodos. Esta estrecha relación con
Roma no satisfizo a parte de su gente, y Ataúlfo fue asesinado en Barcelona en
una conspiración dirigida por Sigerico, que a su vez sería eliminado pocos días
más tarde.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Comenzaba así la larga historia de
traiciones y asesinatos que caracterizaría la política visigoda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Walia, hermano de Ataúlfo, se hizo con el
poder y continuó la política de colaboración con el Imperio. Participó en el
restablecimiento, aunque frágil, del poder romano en Hispania eliminando a los
alanos y a los vándalos silingos y presionando para eliminar a Máximo, el
usurpador. No obstante, por el momento la presencia visigoda en la península se
limitó a la colaboración con Roma. Un nuevo tratado (año 418) entre Walia y el
Imperio estableció la retirada de los visigodos y su asentamiento como pueblo
federado en Aquitania a partir del 419.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Se ha especulado mucho acerca de esta
decisión. Hay quienes la explican por el temor del emperador Honorio a seguir
alimentando una fiera que pudiera arrebatarle lo que le quedaba de Hispania,
argumento un tanto débil, puesto que cedió el control sobre Aquitania. La causa
más probable es que a Roma le interesara más, en aquel momento, asegurar la
inestable frontera gala del Imperio, desplazada cada vez más hacia el sur. Las
amenazas provenían no sólo de otros pueblos germánicos, sino sobre todo de los
llamados begaudas. No se conoce con exactitud la naturaleza de este movimiento
que amenazaba la estabilidad social, política y económica del Imperio. Se
trataba de forajidos que se asociaban en bandas para buscar el sustento del que
les habían privado las sucesivas crisis políticas y económicas. Los daños que
provocaban eran ingentes, tanto económica como socialmente hablando. El Imperio
tenía ante sí un nuevo frente que decidió finiquitar por la vía militar
sirviéndose, en el caso galo, de la colaboración visigoda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDJ1JV1Tsef6K__S8xJWK9ASaoFgmuQA7QdcBDA5QMgOT7B_rivR5zsDORRpWcnfs-2dUbO_EpEqIjvhQTKLp2f8Lh1Gi5384c72JH2DX0H92uns6g-G-cULEZZoLlm5qXKL4mpChVUEK3/s1600/Eurico.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDJ1JV1Tsef6K__S8xJWK9ASaoFgmuQA7QdcBDA5QMgOT7B_rivR5zsDORRpWcnfs-2dUbO_EpEqIjvhQTKLp2f8Lh1Gi5384c72JH2DX0H92uns6g-G-cULEZZoLlm5qXKL4mpChVUEK3/s320/Eurico.jpg" width="207" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Volvemos a ver presencia visigoda en
Hispania en el año 422, en una campaña militar romana que pretendía restablecer
el control sobre la península pero que resultó ser un fracaso gracias, en
parte, a la falta de apoyo efectivo por parte de Teodorico I, sucesor de Walia,
que no simpatizaba con los romanos tanto como éste. Roma se tuvo que contentar
con la derrota de Máximo, que fue apresado y ajusticiado en Rávena pero vio
cómo su poder efectivo en Hispania se limitaba, ya irremediablemente, a una
presencia casi testimonial en la cada vez más exigua Tarraconense. Los suevos y
los vándalos asdingos se hicieron con el poder efectivo del resto de la
península a partir de entonces, mientras que los visigodos siguieron siempre de
cerca lo que acontecía en Hispania, a la espera de poder encontrar el momento
adecuado para satisfacer sus ansias de expansión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La decadencia del Imperio seguía su
curso, agudizada, ciertamente, por la incapacidad de sus gobernantes y las
rencillas internas. Tras la muerte de Honorio, y después de guerrear contra el
usurpador Juan, Valentiniano III fue nombrado emperador de Occidente en el año
425. Roma se resignaba de nuevo a una figura débil, manejada por los mandos
militares y sin criterio para atajar la grave crisis en que se debatía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La situación no era menos caótica en la
península ibérica: a la falta de autoridad imperial se añadieron las continuas
guerras, primero entre vándalos y suevos y más tarde entre suevos y las no
siempre exitosas alianzas romano-visigodas. Los visigodos aprovecharon la
coyuntura y fueron dando los pasos necesarios para expandir los límites de un
reino, el de Aquitania, que ya se les quedaba pequeño.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Este proceso no fue sencillo. El juego
limpio, siempre infrecuente en política, se hace imposible en momentos de
crisis políticas graves. Los visigodos tenían enfrente a un Imperio moribundo,
lo cual facilitaba en parte las cosas, pero también tenían competidores con sus
mismos objetivos. A esto se unía su afición por las intrigas palaciegas, que
explican en buena medida que en pocas décadas se sucedieran en el trono cuatro
reyes, tres de ellos hermanos. Teodorico I murió en combate, durante la batalla
de los Campos Cataláunicos –ejemplo de cómo Roma sabía luchar contra unos
bárbaros aliándose con otros–. Su hijo y sucesor, Turismundo, reinó sólo dos
años: fue asesinado en una conspiración propiciada por sus propios hermanos. Le
sucedió uno de ellos, Teodorico II, que sería también asesinado años más tarde
por el único hermano que le quedaba, Eurico. Un mejor y más sano traspaso de
poderes habría asentado mucho más el régimen visigodo, pero seguramente habría
sido mucho pedir a quienes estaban forjando un reino con un Imperio en
descomposición como referente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Eurico, al menos, supo aprovechar la
ocasión del derrumbamiento definitivo del Imperio de Occidente y se apropió sin
gran esfuerzo de la mayor parte de la península ibérica, salvo los territorios
controlados por los suevos y pequeñas zonas del norte dominadas por astures y
vascones –los vándalos habían abandonado la península en el año 429 con
dirección al norte de África–. Logró así configurar uno de los reinos más
extensos tras la caída del Imperio Romano de Occidente, y ser considerado el
primer rey visigodo de España.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">_________________</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://historia.libertaddigital.com/la-llegada-de-los-visigodos-1276239993.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://historia.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Historia</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>
<!--EndFragment-->Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-73613043216068481072012-03-21T07:00:00.000+01:002012-03-21T07:00:02.939+01:00Las invasiones bárbaras<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOrZ6sI0yJPNoItgzQBFZqLRsky4FpwRQQNfft6RlsejHCchwUGZhKwtMZSbgTqHysdFVhklAhoDpYvQz6tfdLsg2Q8n6YAt1odoOxjeVwnn25hUE114tOL0EqsoXb3S9BqOTq02NkH7XX/s1600/sufuego.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOrZ6sI0yJPNoItgzQBFZqLRsky4FpwRQQNfft6RlsejHCchwUGZhKwtMZSbgTqHysdFVhklAhoDpYvQz6tfdLsg2Q8n6YAt1odoOxjeVwnn25hUE114tOL0EqsoXb3S9BqOTq02NkH7XX/s1600/sufuego.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El
saqueo de Roma de finales de agosto del año 410 fue uno de esos sucesos que
marcan la Historia de un modo transcendental. No fue una sorpresa, se vio venir
desde tiempo atrás, pero supuso una tremenda convulsión.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Nadie ignoraba el proceso de descomposición
en que se encontraba el Imperio desde hacía muchas décadas. La antiguamente
todopoderosa Roma se estaba encogiendo territorialmente y, peor aún,
moralmente. Pueblos otrora extraños al Imperio se habían ido introduciendo en
él paulatinamente, habían ido encontrando un lugar en el que satisfacer sus
necesidades básicas y también sus ambiciones políticas. Los visigodos fueron
uno de ellos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Sobre el origen y la expansión de los
pueblos bárbaros existen no pocas incertidumbres, y las explicaciones que se han
ofrecido durante muchos años se han presentado muy ideologizadas. Generalmente
se ha afirmado que los bárbaros no eran sino <i style="mso-bidi-font-style: normal;">grupos étnicos diferenciados y coherentes, unidos por una herencia
cultural, histórica y genética común</i>. Se trata de la tesis que más éxito ha
logrado en la historiografía clásica, y aún pervive en eso que suele llamarse <i style="mso-bidi-font-style: normal;">imaginario popular</i>. Sin embargo, en
Historia las cosas nunca se presentan de una manera tan clara, y por tanto se
debe rehuir del término <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tesis</i> y
recurrir a uno más humilde: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hipótesis</i>.
No se trata de claudicar y renunciar a un conocimiento cada vez más exhaustivo
de los hechos, tampoco de rebatir posiciones simplemente porque provienen de
otros ambientes culturales. Conviene dudar de todo, no por escepticismo estéril
sino por honestidad intelectual.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La historiografía clásica de origen
germánico presenta una visión de las invasiones bárbaras demasiado mitificada,
ideologizada y partidista. Al agotamiento, anquilosamiento y corrupción del
Imperio contrapone la savia nueva, joven y dinámica de los pueblos germánicos.
Esta visión de la Historia parece sugerir que tales pueblos irrumpieron en el
mundo romano de la noche a la mañana y sacudieron de tal modo sus estructuras
que acabaron con él en cuestión de décadas. Las cosas, sin embargo, sucedieron
de modo bien distinto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">¿Quiénes fueron realmente los bárbaros?
Nadie se llama a sí mismo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">bárbaro</i>. Es
un nombre que se aplica a alguien que no se ajusta a un determinado patrón.
Bárbaros, en la Grecia clásica, eran todos aquellos que no eran griegos: parece
una frase banal, pero contiene una carga ideológica importante. Algo similar
sucede en el caso de Roma: bárbaro es todo pueblo que se encuentra más allá de
las fronteras. A medida que el Imperio se fue extendiendo, los que antes habían
sido considerados bárbaros (hispanos, galos, etc.) pasaron a ser <i style="mso-bidi-font-style: normal;">romanos</i>. La romanización fue
homogeneizando todo, aunque sin anular necesariamente características propias
de los diferentes pueblos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaLbDfthAPE9VK5wQBvw-j5jTZS8ffuKljikjhiwNB9H91PR6sm19P7R4aEiFvYeqXqY0yQ9Gb_WxuN7khCr7DfWTINkhtjyKdrPt5F1ZTQR1EjnrMO-CsC3Rp1YKkYUIs-eOdQZjna0Ih/s1600/por-alarico-roma.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaLbDfthAPE9VK5wQBvw-j5jTZS8ffuKljikjhiwNB9H91PR6sm19P7R4aEiFvYeqXqY0yQ9Gb_WxuN7khCr7DfWTINkhtjyKdrPt5F1ZTQR1EjnrMO-CsC3Rp1YKkYUIs-eOdQZjna0Ih/s1600/por-alarico-roma.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Los pueblos germánicos, que se fueron
haciendo cada vez más fuertes durante los siglos IV y V, tampoco escaparon a
este proceso. También ellos fueron romanizados, en mayor o menor medida.
Adoptaron el latín, ya decadente pero lengua común del Imperio al fin y al
cabo. El cristianismo pasó a ser la religión de todos ellos, bien es cierto que
unos se incorporaron a la ortodoxia y otros no –resulta curioso que una herejía
de origen oriental como el arrianismo perviviera durante mucho más tiempo en
Occidente gracias a alguno de los reinos bárbaros que se crearon tras la caída
del Imperio–. La romanización también alcanzó, por supuesto, a la estructura de
gobierno, el sistema legal –con variaciones significativas pero en sintonía con
la tradición romana–, la composición social y un largo etcétera, que incluye
los más variados aspectos económicos, militares y culturales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">¿En qué medida, por tanto, podemos hablar
de bárbaros? Encontramos, en el fondo, muy pocas diferencias entre bárbaros y
romanos. Roma siguió colonizando culturalmente incluso en su etapa final.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Un ejemplo de lo dicho hasta ahora lo
constituye el pueblo visigodo. Utilizamos el término visigodos por convención
aun a sabiendas de que se trata de un anacronismo. Las fuentes de la época se
refieren a ellos como godos y en las anteriores al siglo V aparecen como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">theruingi</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">greuthungi</i>, los dos grupos más importantes dentro del conglomerado
de tribus y grupos étnicos diferentes y en constante transformación que
conformó el pueblo godo. Sólo más tarde se crearon dos términos, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">visigodos</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ostrogodos</i>, para identificar, respectivamente, a los que se
asentaron en zonas más occidentales y más orientales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Es muy probable que su origen remoto se
sitúe en la zona meridional de Escandinavia, aunque no existen pruebas que lo
demuestren. Sí podemos afirmar que se configura como entidad compuesta de
grupos étnicos diferentes en la Dacia, actual Rumanía, durante el siglo IV.
Jordanes, uno de los historiadores godos más importantes, nos informa acerca de
la grave amenaza a la que se vieron sometidos por parte de los hunos. Este
peligro provocó que su relación con el Imperio Romano se afianzara aún más. Se
les concedió la posibilidad de trasladarse más al sur y se instalaron en las
regiones de Tracia y Moesia, aprovechando la defensa natural del Danubio. Los
visigodos, a cambio de estas concesiones, se fueron comprometiendo a acatar las
leyes romanas, a servir militarmente a Roma como federados y a completar su
proceso de conversión al cristianismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Las alianzas en épocas de gran convulsión
son inestables; la larga serie de conflictos y reconciliaciones entre los
visigodos y el Imperio se prolongó hasta la caída de este último. Buscando unas
veces protección, otras veces el propio interés, los visigodos fueron
realizando una lenta pero continuada <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_Y6Igj7yAsNWHuBM9zWon59BD30V1HI7NzlG5XxeNgf5UiZhAnom-aDBdN6V5YnHYIzgoNHtUQNLW8ARuR_sOaJEWhVopNGOH0YeQnm44XpbUdJxRFw4EanT2-Zo0HPUqT1C0MYvz/s1600/migracion_visigodos.gif">migración</a>
hasta llegar no sólo a las puertas sino al interior de la misma Roma,
profanando lo que era ya sólo simbólicamente el corazón del Imperio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Tras esta larga marcha, sembrada más de
triunfos, aunque imperfectos, que de fracasos, se instalaron en el sur de
Galia, donde fundaron su propio reino con el beneplácito de la moribunda Roma.
Lograron materializar de este modo el objetivo por el que habían luchado desde
hacía décadas todos sus reyes, comenzando por Alarico. La presión de otros
bárbaros provocaría en la segunda mitad del siglo V que abandonaran los
territorios galos sobre los que gobernaban y se trasladaran a la península
ibérica. Se iniciaba así la lenta transición de la Hispana romana a la España
visigoda.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">_______________</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://historia.libertaddigital.com/las-invasiones-barbaras-1276239968.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://historia.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Historia</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>
<!--EndFragment-->Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-73814967106894954792012-03-14T07:00:00.000+01:002012-03-14T10:24:32.467+01:00El final de la Hispania romana<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH6zKB-QeXWi__O53kVwPjbTFmFIGqtmsp4vX559foSScqjWg-ZOhCn6Kn_XLlck8KgvzsSlOo8VX-jCMzefswyZDKUvHRYBN81NraxH8RVD2DtpTNy2kD7PXN-unu1Q4MaLlWQaVSATd3/s1600/sucensura.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH6zKB-QeXWi__O53kVwPjbTFmFIGqtmsp4vX559foSScqjWg-ZOhCn6Kn_XLlck8KgvzsSlOo8VX-jCMzefswyZDKUvHRYBN81NraxH8RVD2DtpTNy2kD7PXN-unu1Q4MaLlWQaVSATd3/s1600/sucensura.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i>El caos generalizado en el que se
encontraba sumido el Imperio romano a principios del siglo V era patente en
todas sus provincias. Las luchas internas –más peligrosas que las amenazas
externas–, la grave crisis económica, la decadencia moral y el agotamiento de
los ideales que hicieron posible su expansión ofrecían un panorama nada
esperanzador.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En el imaginario popular se ha instalado
la idea errónea de que el Imperio romano occidental se derrumbó a causa de las
invasiones bárbaras. Es cierto que tras la caída de Roma se constituyeron
diferentes reinos dominados por pueblos de origen bárbaro, aunque a ello se
debe añadir que la llegada de éstos a Occidente no se debió a una oleada de
invasiones propiamente dichas: fue más bien un ingreso más o menos atropellado
y generalmente tutelado por el mismo Imperio. Roma se sirvió con frecuencia de
los bárbaros como complemento necesario de su cada vez más precario ejército,
que dedicaba la mayor parte del tiempo a resolver enfrentamientos internos y no
prestaba la debida atención a la defensa de las antiguas fronteras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">También se sigue ese esquema en el caso
de Hispania, o mejor, para ser fieles a la terminología del momento, la
<i><a href="http://blog.educastur.es/maremagnum/files/2011/10/hispania-bajo-imperial.jpg" target="_blank">Diocesis Hispaniarum</a></i> –ya desde el Bajo Imperio se presenta en plural el concepto
de lo hispano, bien es cierto que aún no como distintivo idiosincrásico–. Se
dirige primero una invitación a vándalos, alanos y suevos para que entren. Y no
sólo entran, sino que se instalan... y únicamente saldrán de España, pasados
algunos decenios, o bien para conquistar tierras del norte de África o bien por
presiones de un pueblo más fuerte y mejor organizado, el visigodo, que tras su
segundo ingreso en la península permanecerá en ella hasta la llegada del islam.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En los primeros años del siglo V
encontramos a uno de tantos usurpadores que surgieron durante esta época,
Constantino III. Había sido general romano de Britania y se hizo proclamar
emperador desafiando a Honorio, a quien legítimamente correspondía el título,
ya que heredó los derechos para gobernar la parte occidental del Imperio tras
la muerte de su padre, Teodosio. Constantino III se hizo enseguida con el mando
de gran parte de Galia y de Hispania. Aquí nadie se opuso a él, excepto los
parientes de Teodosio. Pretendieron hacer frente al usurpador, pero a la
desunión que padecían se añadió su carencia de un mando militar serio, por lo
que fueron derrotados tras una serie de enfrentamientos con el ejército leal a
Constantino III, comandado por uno de sus generales de confianza, Geroncio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_93ficjqMM9CDFEVDQ_SWahLjVUocVxvezwm4G7Q6O0QChj7Dg57oNTE48EmkjCv-BLGE7UrX7jOx_7pVVgyQr0lZgRDYh_TbGh8XuGV3gS7Xfj73BpFZatynYWQKYMN2zRnj2vtKc_QM/s1600/su-constantino-iii.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_93ficjqMM9CDFEVDQ_SWahLjVUocVxvezwm4G7Q6O0QChj7Dg57oNTE48EmkjCv-BLGE7UrX7jOx_7pVVgyQr0lZgRDYh_TbGh8XuGV3gS7Xfj73BpFZatynYWQKYMN2zRnj2vtKc_QM/s1600/su-constantino-iii.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La presencia bárbara en Hispania se
inició justamente a raíz de las consecuencias derivadas de esta enésima guerra
interna entre diferentes facciones imperiales. Constantino III había enviado a
Hispania para luchar contra los teodosianos a su hijo Constante y al ya
mencionado Geroncio, que a pesar del éxito conseguido cometió dos errores
importantes, que provocaron el descontento entre los hispanos: por una parte,
saqueó indiscriminadamente algunas zonas conquistadas, en particular la región
correspondiente a la actual Palencia; por otra, encargó la defensa de los
Pirineos occidentales a sus tropas, rompiendo así la tradición de confiarla a
las tropas locales. A estos dos errores se añade otro hecho cuyas consecuencias
serán decisivas para el futuro de la península ibérica. Geroncio, confiado en
el prestigio alcanzado tras los éxitos militares, se subleva contra su
emperador, Constantino III, lo que dio inicio a una segunda confrontación
civil.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Geroncio ideó toda una serie de planes
para asegurarse la victoria. En primer lugar, con el fin de fortalecer su
ejército, realizó un pacto con los bárbaros que se habían instalado en el sur
de la provincia de Aquitania, en concreto vándalos, suevos y alanos,
concediéndoles el paso a la península para que le ayudaran en la lucha contra
Constantino III. Una vez en Hispania, siempre por medio de pactos, les permitió
la libre circulación y el asentamiento en las zonas dominadas por Geroncio. El
plan incluía como tercer paso el nombramiento de Máximo, uno de sus fieles,
como augusto de la diócesis.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Los planes fueron desarrollándose según
lo previsto, pero la ambición pudo con Geroncio. Una vez aseguró sus posiciones
en la península –bien es cierto que en modo algo precario–, se dirigió hacia el
sur de Galia para finiquitar a quien había sido su protector, Constantino III.
Tras eliminar no sólo a importantes oficiales de éste sino incluso a su propio
hijo, Constante, con el que años atrás había acometido la conquista de
Hispania, Geroncio puso sitio a la ciudad de Arles, donde se encontraba
Constantino III. Justo en aquel momento entró en escena, finalmente, Honorio.
La indolencia que había mostrado en los años anteriores dejó paso a una firme
voluntad de retomar el control sobre los territorios que se le habían ido de las
manos, especialmente el sur de las Galias. Hablo de indolencia pero quizá quepa
matizar y aludir también a auténtica impotencia, por los graves problemas que
había tenido que afrontar en Italia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Paradójicamente, con el fin de lograr el
triple objetivo de eliminar a Constantino III, Geroncio y Máximo, Honorio
solicitó la ayuda de quienes poco antes habían arrasado Roma: los visigodos,
que a la sazón se hallaban decidiendo qué rumbo tomar tras la muerte de su
primer gran rey, Alarico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">No fue la primera ni la última vez en la
que un emperador legítimo se sirvió de fuerzas bárbaras para asegurar su
gobierno. La estrategia de Honorio funcionó a la perfección. Geroncio levantó
el sitio de Arles y regresó huyendo a Hispania, donde, traicionado a su vez por
los suyos, se suicidó. Constantino III no logró los refuerzos necesarios para
mantenerse y terminó cayendo primero prisionero y después víctima de
Constancio, hombre fuerte del Imperio en aquel momento y en quien Honorio había
delegado la campaña gala. Por su parte, Máximo, en el fondo no más que un
títere en manos de Geroncio, fue derrotado poco después en Hispania en una
campaña militar alentada por Honorio y ejecutada también por los visigodos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El poder legítimo de Roma volvía a
imponerse en la península, pero sólo en una mínima parte, la franja costera de
la Tarraconense y las zonas del curso medio y bajo del Ebro. El resto del
territorio estaba ya en manos de aquellos bárbaros a los que otros romanos,
usurpadores, que se lo habían servido en bandeja. Los visigodos, tras esta
primera incursión en Hispania, regresaron al sur de la Galia. Volverían pocos
años después para instalarse definitivamente.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">_________________</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://historia.libertaddigital.com/el-fin-de-la-hispania-romana-1276239942.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://historia.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Historia</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-17271529249928167272012-03-05T17:45:00.000+01:002012-03-27T18:19:00.822+02:00España visigoda: ¿quién es quién?<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Me ha parecido oportuno y útil para el lector elaborar un elenco de los personajes más relevantes que irán apareciendo en la serie que dedico al período visigodo. Se irá actualizando a medida que vaya avanzando la propia serie.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIjZcX8W6AVTQfSJmAa05PavXsM0howEFe24tIbotNsB8qgjL7kwThS2qpoOLYFwL0phkkVDtQmF-1DoFc_r4olV0vRreA4kHXMt_UwUOT1oM2zBgAlivNd8cs5URg1jO7BsRvHrDaDHCv/s1600/imagvisig.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><img border="0" height="316" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIjZcX8W6AVTQfSJmAa05PavXsM0howEFe24tIbotNsB8qgjL7kwThS2qpoOLYFwL0phkkVDtQmF-1DoFc_r4olV0vRreA4kHXMt_UwUOT1oM2zBgAlivNd8cs5URg1jO7BsRvHrDaDHCv/s320/imagvisig.gif" width="320" /></span></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Alarico </span></b><span style="font-variant: small-caps;">(</span>ca.
375-410/411<span style="font-variant: small-caps;">)</span>: rey visigodo. Lideró
las grandes operaciones militares visigodas bien en colaboración con el Imperio
bien contra él. Durante la segunda de las campañas que llevó a cabo en Italia,
se produjo el saqueo de Roma del año 410. Pretendió a continuación la invasión
de África pero fracasó en su intento y murió poco después en las inmediaciones
de Cosenza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Ataúlfo </span></b><span style="font-variant: small-caps;">(</span>ca.
372-415<span style="font-variant: small-caps;">)</span>: rey visigodo. Sucedió a
su cuñado Alarico en el año 411. Tras la muerte de éste renunció al proyecto
africano y se retiró de Italia marchando hacia el sur de Galia. Se casó con
Gala Placidia, hermana del emperador Honorio pero aun así no logró del Imperio
todo lo que su pueblo esperaba de él y fue asesinado durante una conjura interna
en Barcelona en el año 415.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Constantino III </span></b>(m. 411): general romano en Britania que se autoproclamó
emperador inconstitucionalmente. Extendió con éxito su dominio sobre Galia e
Hispania. Estableció su corte en Arles donde finalmente fue vencido por las
tropas enviadas por Honorio para recuperar el dominio sobre Galia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Eurico</span></b>
(ca. 440-484): accedió al trono visigodo tras asesinar a su hermano Teodorico
II. Responsable de la expansión visigoda en la península ibérica aprovechando
la desaparición del Imperio Romano de Occidente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Geroncio</span></b>
(m. 411): general romano al servicio del usurpador Constantino III. Tras haber
logrado Hispania para éste se sublevó contra él y pretendió hacerse con el
poder de la península a través de pactos con algunos pueblos bárbaros. Abandonado
por quienes le habían sido fieles, se suicidó en el año 411 tras una serie de
fracasos militares y políticos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Hidacio</span></b>
(ca. 400-469): obispo e historiador de origen gallego. Su obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Chronicon</i> constituye una de la escasas
fuentes que poseemos acerca de las invasiones bárbaras <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Honorio</span></b>
(384-423): emperador romano. Tras la muerte de su padre, Teodosio I, le
correspondió la parte occidental del Imperio. Hasta el año 408, cuando es
asesinado el general Estilicón, que había ejercido la regencia tras la muerte
de Teodosio, no pudo ejercer autónomamente el gobierno. Su reinado fue uno de
los más desastrosos de toda la historia de Roma y contribuyó notablemente al
aceleramiento del proceso de desintegración del Imperio en occidente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Sigerico</span></b>
(m. 415): rey visigodo. Instigador del asesinato de Ataúlfo. Murió también
asesinado a los siete días de acceder al trono.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Teodorico I</span></b>
(m. 451): rey visigodo. Sucedió a Walia. Iniciador de la expansión visigoda en
las Galias. Murió durante la batalla de los Campos Cataláunicos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Teodorico II</span></b>
(m. 466): rey visigodo. Llegó al trono tras el asesinato de su hermano
Turismundo. Gran estratega influyó decisivamente en la toma de decisiones
políticas tanto en el Imperio como en otros reinos bárbaros occidentales,
llegando a imponer sus candidatos a diferentes tronos. Murió asesinado en una
conspiración instigada por su hermano Eurico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Turismundo</span></b>
(m. 453): rey visigodo. Sucedió a su padre, Teodorico I, y fue asesinado por
partidarios de sus hermanos. Primer monarca visigodo en concebir el reino
visigodo como estado independiente de Roma.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Valentiniano III</span></b> (419-455): emperador romano. Títere en manos de sus
generales, bajo su gobierno siguió la descomposición del Imperio de Occidente
que veía impotente cómo las potencias bárbaras comenzaban a asentar sus nuevos
reinos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-variant: small-caps;">Walia</span></b>
(m. 418): rey visigodo. Sucedió a su hermano Ataúlfo tras su asesinato y la
muerte de Sigerico. Durante su reinado se afianzaron los pactos con el Imperio
y se inició el dominio visigodo sobre la provincia de Aquitania.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-variant: small-caps;"><b>
</b></span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">
</span>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0Londres, Reino Unido51.5081289 -0.12800551.350006900000004 -0.443862 51.6662509 0.187852tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-866293339703152602012-02-29T07:00:00.000+01:002012-03-14T00:31:06.155+01:00La España visigoda: el debate historiográfico<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9N1YcbEs9iaFJgaHFkWY_0iSyUGXmeqCtVamvKqNVO0Vbcs3w1bKrZ551cMp8e02bDSVTjyZrApcNkmiw9dCIYQcW8GbhRDRbNMKHxSuqJ0qChhxw772-R56VRBYkvDvpz-Xe4FrhVTiw/s1600/sucruzvisigodo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9N1YcbEs9iaFJgaHFkWY_0iSyUGXmeqCtVamvKqNVO0Vbcs3w1bKrZ551cMp8e02bDSVTjyZrApcNkmiw9dCIYQcW8GbhRDRbNMKHxSuqJ0qChhxw772-R56VRBYkvDvpz-Xe4FrhVTiw/s1600/sucruzvisigodo.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i>El reino visigodo ha constituido desde
siempre una de las cuestiones historiográficas con más carga no sólo simbólica,
también y principalmente ideológica. ¿Por qué un período relativamente breve de
la historia de España y tan lejano en el tiempo ha sido objeto de tanto debate?</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El reino visigodo ha interesado tanto al
Antiguo Régimen, pues le convenía presentarse como heredero de la primera
monarquía española –manejamos aquí conceptos que deberán matizarse–, como al
Estado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">liberal</i> que a partir del siglo
XIX pretendió dar forma a un nuevo concepto de nación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Nos encontramos de nuevo con algo ya
conocido en el estudio de la Historia: propósitos antagónicos ante un mismo
objeto de estudio. Detractores o defensores del si puede hablarse de España
como un todo, y cómo, y desde cuándo, han estudiado con mayor o menor honradez
aquel período, para muchos idílico, en el que supuestamente se sentaron las
bases de lo que actualmente conocemos como España.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Compartirá conmigo el amable lector que
el trabajo de los historiadores constituye una de las disciplinas humanísticas
más polémicas que existen. La Historia como tal es objetiva, los hechos son los
hechos; por el contrario, la narración o la presentación de la Historia, lo que
en definitiva hacen los historiadores, no es en modo alguno algo neutral. Hay
quienes reducen la Historia a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">cronología</i>,
para mostrarse objetivos, para no emitir juicios de valor ni elaborar hipótesis
que hagan peligrar quién sabe qué intereses e ideas, pero el resultado es un
inmenso empobrecimiento de tan noble disciplina y un engaño no menos grande al
lector. En el otro extremo, hay quienes idealizan tanto la Historia que la
convierten prácticamente en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">mitología</i>;
idealismo con frecuencia nada inocente, sino mero disfraz para disimular
deshonestos intereses o justificar determinadas posiciones ideológicas sin
argumentos convincentes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQArCB7BoeAe-CIzzLrgIGomPv7u294ahlTfMzAzb3m6HWVCREhCqOk3Ge_h0-6riPf9RyPO5kwW60e9oZGOG-uvbTHv8-jxOCBvp24Or5TKnzs2nUz-xOGQ3h1N8jyEZbQrJrqUf5XVA8/s1600/sucelosiavisigotica.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQArCB7BoeAe-CIzzLrgIGomPv7u294ahlTfMzAzb3m6HWVCREhCqOk3Ge_h0-6riPf9RyPO5kwW60e9oZGOG-uvbTHv8-jxOCBvp24Or5TKnzs2nUz-xOGQ3h1N8jyEZbQrJrqUf5XVA8/s1600/sucelosiavisigotica.jpg" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Entre los dos extremos viciosos,
siguiendo la máxima aristotélica, se haya el medio virtuoso: el esfuerzo
honesto, más o menos logrado pero decente, por intentar narrar junto al suceso
las causas que lo provocaron y las consecuencias que de él se derivaron. Ahí es
donde la Historia ejerce como maestra. Magisterio que sirve para conocer y
comprender lo ocurrido, no para evitar que se repitan errores ni para
reproducir éxitos pasados. La Historia es lineal, no circular. La Historia
nunca se repite; en todo caso lo que se mantiene, la constante es el ser
humano, con sus virtudes y sus defectos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Pero volvamos a la cuestión que nos
ocupa. La época visigoda ha sido objeto de polémicas entre las diferentes
escuelas historiográficas. Así, en la Restauración, liberales y conservadores
–a pesar de las profundas diferencias de fondo que mantenían, les unía un
profundo sentimiento patriótico– destacarán la gran aportación visigótica a la
construcción de la identidad nacional. Las tesis y desarrollos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">goticistas</i> desembocarán en la
construcción de numerosos mitos, símbolos y tradiciones que aún nutren el
imaginario popular.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Seguidamente, por influjo del
historicismo –en cualquiera de sus dos versiones principales, la jurídica y la
eclesiástica– se fue transformando el modo de afrontar la cuestión, si bien
siempre se mantuvo el eje principal: el origen visigodo del concepto de unidad
nacional.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Ortega y Gasset ofreció más tarde un
punto de vista original. En su obra España invertebrada afirmará:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Casi
todas las ideas sobre el pasado nacional que hoy viven alojadas en las cabezas
españolas son ineptas y, a menudo, grotescas. Ese repertorio de concepciones,
no sólo falsas, sino intelectualmente monstruosas, es precisamente una de las
grandes rémoras que impiden el mejoramiento de nuestra vida.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Sin negar la aportación visigoda a la
historia de España como elemento singularizador –como lo fueron los francos en
Francia–, Ortega negaba cualquier contribución positiva de los visigodos a la
construcción nacional, pues fallaron en lo que él consideraba un aspecto
fundamental, sentar las bases del feudalismo, sobre lo que, afirmaba, se
fundaron el resto de naciones europeas. Éste fue para Ortega el gran fracaso
visigodo; la primera gran desgracia de nuestra Historia, causa de todas las
demás.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Las tesis de Ortega encontrarían eco en
la historiografía española únicamente en el aspecto metodológico, no en el
interpretativo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Tras la guerra civil, la cuestión
visigoda le vino como anillo al dedo al régimen franquista, que presentó aquel
reino como referente de su Estado centralizado y confesional y alimentó los
mitos, símbolos y tradiciones moldeados durante el s. XIX. Se produjo un
verdadero auge de los estudios visigóticos, en todos los ámbitos: arqueológico,
historiográfico, filológico, eclesiástico, patrístico, etc. Andando el tiempo,
esta eclosión dio frutos que favorecieron un cambio en la comprensión de lo que
realmente fue y supuso la etapa visigoda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El estudio en profundidad de las fuentes
y el desarrollo del conocimiento de casos históricos similares en el resto de
Europa fueron desmitificando el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">idílico</i>
reino visigodo, mostrando que quizás no siempre hubo unidad política –los
nacionalistas siguen escarbando aquí, para ver si así logran demostrar que sus terruños
eran entes nacionales anteriores e independientes al Estado español– y que no
es tan fácil hablar de unidad social, explicando cómo convivieron y hasta qué
punto se homogeneizaron las dos etnias fundamentales que poblaban el reino: la
de los invasores germánicos y la de los invadidos hispano-romanos (resultan,
por cierto, muy interesantes los recientes estudios sobre las invasiones
bárbaras, sus protagonistas, el origen de los diferentes pueblos que las
componían, sus grados de romanización, etc).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Sólo a través del estudio del período
visigodo, de su origen, sus instituciones, sus personajes más destacados, sus
aportaciones en los ámbitos jurídico, cultural y teológico; de sus éxitos
políticos y de las deficiencias que condujeron a su traumático final, nos
haremos una idea de por qué, trece siglos después, aquellos hombres pueden
seguir ayudándonos a comprender quiénes somos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">____________</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://historia.libertaddigital.com/el-reino-visigodo-el-debate-historiografico-1276239890.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://historia.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Historia</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></span></div>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-25085160021880359472012-02-23T07:00:00.000+01:002012-02-23T07:00:07.612+01:00Julián Marías: una vida ejemplar<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">
</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUTqd6RWJfpLnibfzgroJsYAQxR9-JHQya1xnIwh0_TtVDQqHwe_UZ9ma0Stv7X3X7kzhd8FezWoWPSUId6gt455MHxksEfxlKn9lR0gZQnxa_JBbd-GeEspYfwDLZHaYTsrcJ5gndQL9R/s1600/su-julian-marias-3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUTqd6RWJfpLnibfzgroJsYAQxR9-JHQya1xnIwh0_TtVDQqHwe_UZ9ma0Stv7X3X7kzhd8FezWoWPSUId6gt455MHxksEfxlKn9lR0gZQnxa_JBbd-GeEspYfwDLZHaYTsrcJ5gndQL9R/s1600/su-julian-marias-3.jpg" /></a></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">En cualquier otra nación de
Occidente, Julián Marías habría sido importado y exportado como bien de primera
necesidad. Aquí, no. Aquí somos expertos en el dudoso arte de etiquetar y aún
más en el injusto de archivar.<o:p></o:p></i></span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Muchos
ignorantes, para los que seguramente la filosofía no es más que una asignatura
cada vez más devaluada en los pésimos planes de estudio que sufrimos desde hace
decenios, lamentan que España no tenga tradición filosófica propia. Otros,
menos ignaros pero igual de arrogantes que los anteriores, reducen a tres, a lo
sumo cuatro, el número de nuestros filósofos; casualmente son los más
recientes, como si la filosofía española hubiera empezado con Unamuno. No es éste
momento ni lugar para hacer una síntesis de la tradición filosófica española,
que claro que existe y es muy antigua, sino para comentar el más reciente libro
sobre uno de nuestros autores contemporáneos más importantes, honestos y
olvidados, esto último quizás por haber sido precisamente tan honesto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Seis
años después de la muerte de su maestro, Rafael Hidalgo publica no una
biografía de Julián Marías, sino un retrato, que es algo similar pero no
exactamente lo mismo. Este modo de afrontar el recuerdo de alguien es más
personal, más íntimo, más cercano y a la vez más crítico. No inventa nada, el
libro está lleno de referencias a las <a href="http://paginasdeespuma.com/catalogo/una-vida-presente-memorias/">memorias</a> que publicó el propio Marías, pero sí
interpreta su vida, a mi juicio muy acertadamente, sobre la base de seis
arquetipos que definen al autor de <a href="http://www.filosofia.org/hem/200/20001207.htm"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">España inteligible</i></a> como un hombre íntegro: el filósofo, el
enamorado, el acusado, el amigo, el patriota y el creyente. Mucho para un
hombre, pensarán algunos cuando lean el índice; poco, añado yo, para lo que
habría podido ser si a lo largo de su vida no hubiera tenido tanto mezquino a
su alrededor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Julián
Marías ha sido definido por muchos como un gran <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ensayista</i>. Curiosa palabra que dice todo y nada. El ensayo no deja
de ser un género literario caracterizado por el relajamiento que proporciona la
ausencia de aparato crítico, por tanto cualquiera puede ser ensayista, incluso
si habla de un tema insustancial y lo hace con un estilo zafio. La cuestión
será por tanto el contenido de lo publicado. En el caso de Marías, el tema de
sus escritos fue siempre eminentemente filosófico. Podrá objetarse a esto, lo
admito, que no todos sus artículos periodísticos y libros versaron sobre
cuestiones filosóficas; dependerá, entonces, de lo que se entienda por
filosofía. Quienquiera que haya leído algo de nuestro autor, por poco que sea,
sabrá que la <a href="http://www.filosofia.org/hem/199/19971113.htm">filosofía</a> lo abarca todo, lo alcanza todo en él,
porque la filosofía no es sino algo particularmente vital. Dedicó toda su vida
a ser amante de la sabiduría, esto es, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">a
aclararse y a aclararnos en qué consiste la realidad, quiénes somos, cómo
debemos actuar y qué podemos esperar</i>. Sabiduría no simplemente abstracta,
sino sobre todo práctica, en constante tensión con la vida cotidiana, la
personal como la social. Sabiduría que contempla la verdad y el amor como ejes
de la vida humana. Sabiduría siempre por alcanzar, siempre por satisfacer. Se
situaba así no ya únicamente en la línea de Ortega, su inmediato maestro, sino
en la más clásica de la historia de la filosofía, la de Sócrates, Platón, <a href="http://www.filosofia.org/hem/199/19960926.htm">Séneca</a>,
San Agustín, para quienes la filosofía o se traducía en vida o no lo era. Y lo
hizo siempre pensando en un público amplio, escribió para todos, no sólo para
iniciados. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiclKSAgZJv7I-57CqO8fOjghwekPqOA_U7B4Wp_P942vN5PmNgk2hAmnHoYWU2BAOOpHuUyKpNs4c3PqCvNZ20kuXc3ghXxEZ4Sg0hWFyFoP68wHkAQZYai7uUOzQXXJ4OOEzBoWDmAVPt/s1600/por-julian-marias-libros.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiclKSAgZJv7I-57CqO8fOjghwekPqOA_U7B4Wp_P942vN5PmNgk2hAmnHoYWU2BAOOpHuUyKpNs4c3PqCvNZ20kuXc3ghXxEZ4Sg0hWFyFoP68wHkAQZYai7uUOzQXXJ4OOEzBoWDmAVPt/s1600/por-julian-marias-libros.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Esta
supuesta <i style="mso-bidi-font-style: normal;">banalización</i> de la filosofía
–que para algunos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">modernos</i> sólo lo es
si se expresa en modo enrevesado y a ser posible en alemán– lo convierte para
muchos en mero ensayista y no en un verdadero filósofo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El
primer lugar en el que puso en práctica esa filosofía vital fue en la familia.
Dolores, su mujer, constituyó siempre su gran apoyo, fue quien dotó de sentido
su existencia, y cuando murió su vida cambiaría radicalmente. Sólo su profunda
fe religiosa y el apoyo de amigos y familiares le animaron a proseguir, a no
rendirse. Más dura fue para él esa pérdida que todo lo que hubo de sufrir a
causa de su rectitud moral y la lealtad a sus principios. El ostracismo al que
se vio sometido tras la guerra civil no hizo mella en su ánimo. La cercanía al
que probablemente haya sido el único socialista español honrado, Julián
Besterio, con quien colaboró en el caótico y cainita Madrid de la guerra, le
supuso no sólo una injusta estancia en la cárcel tras la victoria del bando
nacional, sino el apartamiento de la universidad y de la vida pública. Así pagó
por no adherirse a más causa que la de los propios principios cuando vio los
excesos perniciosos en que incurrían ambos bandos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lejos
de amargarse o, peor aún, cambiar de chaqueta, se refugió en lo que daba
sentido a su vida: sus valores. El tiempo le daría la razón –sólo en parte– y
sería convocado a participar en el nacimiento del nuevo orden político tras la
muerte de Franco. En aquel momento, como senador por designación real, pudo
proponer sus ideas con relativo éxito. Pacientemente, sin estridencias, manteniéndose
siempre independiente, siendo leal al nuevo régimen pero fiel sólo a sus
principios, colaboró en el debate constitucional. Algunas de sus intervenciones
deberían conocerse mejor, por ejemplo la que tuvo por eje la inclusión del
concepto de <a href="http://www.iceta.org/jm150178.pdf">nación española</a> en el texto de la Constitución, que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">extrañamente</i> –¡cuántos complejos!– no
aparecía en el anteproyecto. No fue jamás <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hombre
de partido</i>, seguramente por el amor que tenía a la libertad, ésa que la
disciplina política acaba siempre cercenando. Se sintió siempre liberal y
democrático, por ese orden, ya que <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">una
democracia desprovista de un fundamento liberal tiende a obrar como un
instrumento totalitario [y porque] el poder de la mayoría se ha utilizado en
ocasiones como herramienta de aplastamiento de las minorías o como coartada
para conculcar los derechos humanos.<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Fue,
finalmente, un gran y buen creyente. Ni siquiera los excesos de la Iglesia tras
la guerra civil, en pleno apogeo franquista, lograron apartarle de su fe en
Dios y de su adhesión al catolicismo. Frente a quienes le querían hacer ver lo
absurdo de seguir perteneciendo a una Iglesia en la que muchos de sus miembros
adulteraban y manipulaban el mensaje cristiano y se dejaban llevar por la corriente,
Marías respondía que no era él quien sobraba: ¡que se vayan ellos!, exclamaba.
Se comprende así el inmenso gozo que supuso para él poder participar en una de
las sesiones del Concilio Vaticano II, que rejuvenecía y renovaba la Iglesia,
así como colaborar con Juan Pablo II en el nacimiento del Pontificio Consejo
para la Cultura. Concilió perfectamente fe y razón, sin contraponerlas, dando a
cada una de ellas el puesto que les corresponde.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Julián
Marías vivió una vida en plenitud y dejó un legado que ha de ser conocido y
conservado. Por eso es aconsejable la lectura de este libro, introducción
perfecta para quienes aún no lo conozcan debidamente; surgirá en ellos la
necesidad de aproximarse a él, de disfrutar de la lectura de sus obras y de
dejarse formar por quien hizo de su vida <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">una existencia acabada, cargada de
sentido, volcada en la continuidad y enriquecimiento de una cultura que nos
identifica como sociedad y nos eleva como personas, que nos conduce hacia el
verdadero progreso, el de ser más.<i><o:p></o:p></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
RAFAEL
HIDALGO: <a href="http://www.rialp.com/index.php?op=verlibro&descri=105310"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">JULIÁN
MARÍAS. RETRATO DE UN FILÓSOFO ENAMORADO</i></a>. Madrid (Rialp), 2011, 230 páginas.<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Times New Roman';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
_____________</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="http://libros.libertaddigital.com/julian-marias-una-vida-en-plenitud-1276239870.html" target="_blank">Publicado</a> en el <a href="http://libros.libertaddigital.com/" target="_blank">Suplemento Libros</a> de <a href="http://www.libertaddigital.com/" target="_blank">Libertad Digital</a></div>
</span>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8032630037815664575.post-52404796425867171502012-02-22T17:45:00.000+01:002012-06-07T21:24:35.929+02:00Bibliografía sobre el período visigodo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLaHWliUGRIVcAIbY5B20ZPDg4EIYlkgXUcU6ExUyckc8YHFUrBYSrHF6TvC6zCV7wNOernWju5jfS5RHQo20U73ZePFO2Wo0xaXbCwcgsLhBg2eiiIHzskcpgm6Ig1nynm_nl8Vq5x2m1/s1600/225px-Fi%CC%81bula_aquiliforme_(M.A.N._Madrid)_01.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLaHWliUGRIVcAIbY5B20ZPDg4EIYlkgXUcU6ExUyckc8YHFUrBYSrHF6TvC6zCV7wNOernWju5jfS5RHQo20U73ZePFO2Wo0xaXbCwcgsLhBg2eiiIHzskcpgm6Ig1nynm_nl8Vq5x2m1/s1600/225px-Fi%CC%81bula_aquiliforme_(M.A.N._Madrid)_01.jpg" /></a></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La pequeña introducción al período del reino visigodo que he ido publicando durante los últimos meses ha llegado a su fin. No descarto seguir dando la tabarra sobre el tema más adelante, pero de momento prefiero no abusar de la paciencia del lector.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Actualizo ahora la bibliografía que publiqué hace tiempo acerca del tema. Hay más, ésta es sólo una pequeña lista y me limito a obras escritas o traducidas al español.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Pocas fuentes han sido traducidas, así que me remito a las grandes ediciones -algunas críticas, otras no- en las que se puede encontrar casi todo el material: Migne, Colección Canónica Hispana, Monumenta Germaniae Historica, etc.)</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">¡Buena lectura!</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">
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<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
</div>
<ol>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Alvar Ezquerra, Jaime</span>, dir., <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Entre fenicios
y visigodos: la historia antigua de la Península Ibérica</i>. Madrid: La Esfera
de los Libros, 2008.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Arce, Javier</span>,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El último siglo de la España romana:
284-409</i>. [Alianza Universidad; Historia; 347]. Madrid: Alianza Editorial,
1982.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Id</span>.,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bárbaros y romanos en Hispania 400-507
a.D</i>. Madrid: Marcial Pons, Ediciones de Historia, 2007.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Id</span>.,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Esperando a los árabes: los visigodos en
Hispania (507-711)</i>. Madrid: Marcial Pons, Ediciones de Historia, 2011.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Castellanos, Santiago</span>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los godos y la cruz:
Recaredo y la unidad de</i> Spania. Madrid: Alianza Editorial, 2007.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Collins, Roger</span>,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">La España visigoda: 409-711</i>. Madrid:
Crítica, 2005.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Díaz Martínez, P. C., Martínez Maza, Cl., Sanz Huesma,
Fco. J.</span>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hispania tardoantigua y visigoda</i>. [Colección
Fundamentos n. 181; Serie Historia de España Antigua V]. Madrid: Istmo, 2007.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia de España</i> dirigida por Ramón Menéndez Pidal. Tomo
III: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">España visigoda (414-711 de J. C.)</i>
por Manuel Torres López, et al. Madrid: Espasa Calpe, 19804.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Loring, M.ª I., Pérez, D., Fuentes, P.</span>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
Hispania tardorromana y visigoda. Siglos V-VIII</i>. [Historia de España. 3er
milenio]. Madrid: Síntesis, 2007.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Orlandis, José</span>,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Semblanzas visigodas</i>. Madrid: Rialp,
1992.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Id</span>.,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia del reino visigodo español: los
acontecimientos, las instituciones, la sociedad, los protagonistas</i>. Madrid:
Rialp, 2006<sup>2</sup>.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Sanz Serrano, Rosa</span>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Historia de los
godos: una epopeya histórica de Escandinavia a Toledo</i>. Madrid: La Esfera de
los Libros, 2009.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Ead</span>.,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las migraciones bárbaras y la creación de
los primeros reinos de Occidente</i>. Madrid: Editorial Síntesis, 2010.</span></li>
<li><span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-variant: small-caps;">Thompson, E. A</span>.,
<i>Los godos en España</i>. [Humanidades;
4248]. Madrid: Alianza Editorial, 1971.</span></li>
</ol>
<div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">p.s. Dice el dicho que <i>hasta el mejor escribano echa un borrón</i>, yo no soy el mejor, simplemente un aprendiz más, agradeceré, por tanto, correcciones y sugerencias.</span></div>
<div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">¡Gracias!</span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<o:p></o:p></div>
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<!--EndFragment--></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><o:p></o:p><br />
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<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">
</span></div>Juan Antonio Cabrera Monterohttp://www.blogger.com/profile/13927283602243034071noreply@blogger.com0